martes, 28 de mayo de 2024

Con afán y sin descanso

En Sueño Profético enseñaban para luego tú enseñar. Hacían comparaciones y a veces presentaban Visión, como esta que ahora se dicta:

Vi unos olivos y unos recogían las olivas del suelo, pero con afán y sin descanso. Viendo estos hombres que el olivo tenía más olivas en su copa y en sus ramas altas, quisieron intentar cómo echarlas al suelo. Y dijo uno:

Esta escena sirvió para que Jesús Hombre enseñara a sus Discípulos lo que muchas veces no podían comprender.

Estando en esos afanes, llegó el dueño del olivar y dijo:

   —Seguid vosotros limpiando el suelo y llenando los capachos, que así vais bien. Y luego, cuando llegue la noche, os pondrá contentos el sueldo. Todas las que no podéis alcanzar, dejadlas, que ya las vendrán buscando y preparados con escaleras. Vosotros seguid llenando, que a los dos nos tiene cuenta, por si la nube descarga o por si el cielo capa hiciera.

Terminado todo esto, dijo el Maestro:

   Hacer lo que Yo os mande, con afán y sin descanso, y donde no alcancéis, por fuerza o por altura, llamad en Mí a mi Padre, que Yo os serviré de escalera para hacer lo que nadie alcance. Pero perdáis el tiempo.

Estos hombres dejaban de llenar capachos por unas olivas que eran la discusión de cómo cogerlas.

Desperté, oí:

Hizo el Maestro aquel día que más durarán las palabras que todos los días formaban para alcanzar las olivas.

Para que el dueño dijera que cada uno se ocupe de la labor que pueda.

Que luego él mandaría a varear con varas y escaleras.

Esta parábola sirve para que ames a Dios y en todo quieras servirle.

Y lo que alcanzar no puedas, echa la mirada al Cielo y Él lo hará con escalera.

Pero que no te quiten con palabras y con quimeras de seguirle a Dios los pasos para achicar la faena.

Estos hombres había veces que el jornal tenía merma, porque la cizaña iba disfrazada y escondida entre la tierra.

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Libro 74 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo IX - C4

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