En Sueño Profético hablaban del día que había pasado.
Decían:
¡Qué día con tantos caminos andados! Ha habido
momentos de todos los que vive el cuerpo. Esto, sin ser Elegido, no puedes
hacerlo.
Empieza por las firmas, buscando sitios nuevos. El
pensar hablar donde no era tu sitio, te hacía pedir a Dios consejo. El
acompañar al enfermo, en tu acompañamiento algún bien hacías, y no hay duda de
que fue bien hecho.
Dijo uno que termina el Mensaje:
También ha habido alegrías por la cantidad de firmas
que te han dado. Aquí, ya, a todo el que le dan tu nombre, se alegra y su firma
pone.
Desperté, oí:
Va el Mensaje a que de no ser el Poder de Dios, ¿quién
tendría en un día tantos cambios para hacer que vivan mejor?
Es conversar con el espíritu y pedirle a Dios con
ansiedad.
Que este pedir no se debe callar.
Aquí se dictan temas de tanta importancia, que al
universitario le hacen pensar.
Sin el Poder de Dios no puedes hacer todo lo que se ha
nombrado.
Que esto es intimidad de espíritu arrobado.
***
Libro 41 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo III - C7
No hay comentarios:
Publicar un comentario