lunes, 27 de mayo de 2024

El ventero

En Sueño Profético decían:

Si crees en Dios, haz por Amarlo, y cuando ames, tú pides Mando.

El Mando llega Amándolo y sin Amarlo. Pero si no amas y te llega Mando, pide la muerte antes de que te llegue Mando (si el Mando tú no quisiste porque nunca confiaste que el Mando de Dios es el mejor Mando)

Dijo uno:

Si amas de verdad y este Amor sale a tu cuerpo, tú no puedes ya vivir, si a Dios no Le estás sirviendo.

Yo vi caras de tristeza cuando el Maestro mandaba sabiendo que no hacían el Mando contentos. Pero su Poder tenía que subir por encima del poder del hombre, y éste hacía el Mando, pero no podía ser Discípulo suyo. Que esto sigue igual pasando. El que no está con este Mando, cuando llega el momento, él hace el Mando, y a veces él mismo se quiere corregir poniéndose enfado, pero ya no sirve, ya hizo el Mando. Éstos, guardan deseos de servir al hombre, pero no a Dios.

Hubo pocos que siguieran al Maestro, porque su Mando no tenía reforma y la falta de Amor les hacía cambiar el Mando, y ya no Le servían.

Desperté, oí:

Cara triste le veíamos al que conocía al que el Maestro había mandado y sabíamos que Le guardaba secretos porque Amor no tenía.

El Maestro lo mandaba en su Nombre, y su Poder hacía que vieran.

Un día mandó a uno a que llegara a una venta que el dueño era amigo de él y tenía un hijo con 4 años y mudo. Estas Palabras le dijo:

   –Ve a la venta de tu amigo y dile que cuando oiga tropel, no cierre la puerta, que coja al niño de la mano y lo deje fuera.

Cuando el Maestro paso, fue el niño el que dijo:

   Maestro, yo hablo ya, ayer quise y no podía, porque estaba encerrado.

Al niño, el padre lo encerraba cuando pasaba el Maestro, pues no creía ni amaba, ni su amigo tampoco.

El Mando hizo a la fuerza, para que el Poder de Dios lo vieran.

Es mejor amar y hacer Mando aunque no veas Milagro.

Que amando y obedeciendo, ves a Dios por fuera y Lo llevas por dentro.

El amigo hizo el Mando sin querer, y el ventero dio el escándalo.

***

Libro 28 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo V - C7

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