En Sueño Profético decían:
Se ve el que
cree en Dios o el que Lo ama, cuando Dios elige a uno y le da su Palabra para
que sea cundida. Aquí queda al descubierto el que dice que cree o el que ama.
Ni de
católicos ni de cristianos son verdad sus palabras si no acuden a saber por
boca del Instrumento. Es igual el mal no acudiendo, que, pudiendo, no cundir
estas Comunicaciones en forma de relámpago.
Muchos que
pudieron haber hecho y que hoy pueden hacer, tienen ya su fecha con el día de
su muerte, que ellos nunca podrán llegar a saberla. Que puede que cuando llegue
el momento, quiera pronunciar su lengua como una confesión, y Dios Poderoso no
los deje. Hablarán con los ojos, y las lágrimas formarán letras. Pero ya es pez
fuera del agua, que ya el mar la vida no lleva. Con la gran diferencia que al
pez lo saca el hombre del mar, y el hombre, cuanto más puede tener contacto con
la Gloria, más desprecio a Dios Le manda y más quiere esconderle a Dios lo que
Dios le deja: el tiempo que tiene vida su cuerpo.
Desperté, oí:
Ni Iglesia ni
seglares tienen disculpa ante Dios al no acudir para publicar libremente estos
Dictados de Gloria.
Que el hombre,
desmentirlos, son palabras de Satanás.
Estas Palabras
no agrandan ni achican las que Dios Padre dijo antes de la Venida de Dios
Hombre.
Pero sí frenan
el progreso, que quiere enseñar a vivir con lo de Dios y negando su Existencia.
Si el hombre
leyera las Palabras que Dios Hombre les dice a los hombres de la Tierra, que su
nombre es Evangelio, comprobaría que era Dios. Antes, dijo. Hoy, diciendo.
A más quieran
disculparse, más se retirarán del Cielo.
¡Hombres que
la sepultura los espera para enterrarles el cuerpo!
Y sabiendo que
su cuerpo es basura, le dan la preferencia, quitándosela al espíritu que no
muere y es eterno.
***
Libro 22 - Investigaciones a la Verdad - Tomo III - C7
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