En Sueño Profético decían:
El que tenga intimidad con este Elegido ya sigue sus
pasos y, con alegría, acepta todo lo que de la Gloria ve que le llega
entregándose a lo que le llegue y diciendo:
- Señor,
quiero estar siempre a tu Servicio y a tu Mando. Señor, quiero retirar el
enfado que me llegue porque el enfado se cunde, y si me falta Amor de Dios ya
no me siguen para que les dé fuerzas.
Dijo un espíritu de la Gloria que cuando conoció a
este Elegido vivía su cuerpo:
Desperté, oí:
- Este
Elegido ha sido muy conocido por su entrega a los enfermos y a los hambrientos.
Y con el Poder de Dios se han curado muchos, que de unos nos hemos enterado y
de otros no.
Piensa que como el que esté enfermo tire la enfermedad
y la ayuda de Dios la publique su cuerpo, pocos publicarán lo que este enfermo
sufrió y lo verán curado hablando de su enfermedad, con Poder de Dios.
Decían con Mando de Dios unos espíritus:
No dejes de poner las palabras de la carne que Dios te
unió de cómo estaba en la Gloria. Se veía su despacho y su cuerpo, y decía
estas palabras:
- Ana
cuídate, cuídate, que tu cuerpo lo necesita el espíritu.
La carne que Dios me unió no me faltaba un momento de
pensar que pronto iba a tener sus
palabras.
No temas en decir que no se quita de tu pensar la
carne que Dios te unió, porque este pensar es para enseñar que Dios permite y
perdona.
Perdona y busca, pero para oír estas Palabras tienes
que pensar que son dichas en la Gloria.
Si el adelanto en Dios pensara ninguno perdía la
Gloria, porque vería en el adelanto estudios satánicos.
***
Libro 67 - Meditaciones y Palabras Directas con el Padre Eterno - Tomo VII
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