En Sueño Profético decían:
La constancia, la obediencia y el desprecio al
descanso están abriendo caminos que están formando escándalo. Esto ya es lumbre
en el monte queriendo que el monte arda, y que todos vean fuego sin poder
echarle agua.
Dijo uno:
Estos Mensajes y el nombre del Elegido están en boca
de altos cargos en la Tierra, y de la boca los pasan a la memoria, y piensan que
del hombre no pueden ser. Hay que buscar caminos y caminantes que sientan Amor
a Dios. Y piensen que si pueden servirle, no harán un servicio con más justicia
que éste.
Tu entrega es total en el Prójimo, dando palabras para
el espíritu y alimento para el cuerpo del necesitado.
El cundir esto es alabar a Dios y pedir premio para
cundir que Dios no tiene tiempos. Que si el hombre vive la Palabra de Dios,
Dios sale a su encuentro.
Desperté, oí:
¡Qué distinto es el decir del hombre, al Decir de
Dios!
El hombre dice silencio. Y Dios dice monte
ardiendo, sin tener agua que pudiera apagar las llamas, para que todos vean el
fuego.
Repetían en la Gloria que no hubiera descanso para
cundir esta Verdad.
Ya la Verdad le ha podido al miedo. Y el miedo se ha
achicado y ha quedado arrastre, con andar de culebra y maldad de víbora.
Dios está en el Cielo, y en la Tierra su Poder y su
Palabra para el que Lo busca y Lo ama.
Libro 41 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo III - C1
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