En Sueño Profético hablaban de las pocas horas que el Elegido
duerme. Decían que había que pensar que las alegrías y los sufrimientos se
hacen dueños del sueño. Aquí son más las alegrías que los sufrimientos, porque
cuando llegan los sufrimientos, Dios arroba el espíritu del Elegido, y al
despertar Dios le pone en su pensamiento, que Esto cada día formará más
escándalo, y ya lo que llegue, si no es de Dios, quedará como charco que lluvia
dejó en el suelo, porque no hacía falta el agua.
Desperté, oí:
Dios está haciendo el milagro que
el Elegido está pidiendo y que Aquí dictan:
"Señor, si la Jerarquía de la
Iglesia pensara que la vida del cuerpo pronto se acaba, no dejarían que pasara
día sin decir que ellos son los que tienen que publicar esta gran Verdad".
Que no se deje de pregonar lo que
la Jerarquía de la Iglesia, con alegría, para estos Libros está dando.
"Señor, yo quisiera que este Poder
tuyo se fuera por el mundo entero publicando".
"Pero pronto, porque el que hace
vida de pecado, cuando muere el cuerpo, no dice: "Señor, yo quiero ser
perdonado".
Fue terminar estas palabras y una
fuerza le dio un tirón a la libreta donde estaba escribiendo, y la llevó lejos
de donde yo estaba.
La recogí del suelo con Fuerza de
Dios, y al besarla se manchó.
Iba a quitarle la mancha de
carmín, pero a mis manos parecía que las cogían, y la dejé manchada.
Con mis labios y alegría.
***
Libro 60 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VII - C2
No hay comentarios:
Publicar un comentario