En Sueño Profético decían:
Se van a decir palabras con Mando
de Dios para achicar sufrimientos al Elegido, que su vivir va recibiendo
desprecios, y el silencio tapando el desprecio. Que este desprecio pone
lágrimas por dentro, que nadie las ve y no hace falta pañuelo. Aquí, en creyendo y
amando, Dios te achica sufrimientos. Pero esto tienes que conocerlo, y si
tienes trato con este Elegido y lo crees, tu cabeza te tiene que dar vueltas,
pensando:
“Señor, abandono tu Mando y al
Elegido sufrir le mando. Y este sufrir, yo debería quitarlo”.
Desperté, oí:
Coge el consejo que dan en la
Gloria, que aquí queda dictado:
“Si crees en este Mundo Eterno,
no puedes poner dudas en lo que el Elegido esté diciendo”.
El pensar del Elegido siempre es
éste: “Señor, ¿qué hago para yo ver alegría en vez de enfado?”.
Si haces una lista con el que te
desprecia o el que te busca, verás dos cifras muy iguales, casi con el mismo
número: despreciar o poco buscar.
Decían en la Gloria estas
palabras muy repetidas:
“Señor, que la curación de la
niña les haga pensar a los médicos.
Y que a los niños no los dejen
los ángeles hasta que lleguen a mayores y comprendan lo que hacen”.
Este pensar es del Elegido, pero
con otras frases.
Libro 47 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VI - C6
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