En
Sueño Profético decían:
Las
alegrías de Dios te quitan los sufrimientos.
Las
alegrías de Dios hacen que viva el cuerpo retirando los malos pensamientos.
Hoy,
en “Humos Divinos”, el Elegido veía la Imagen de Dios, cuando cerraba los ojos
mirando al Cielo. Veía la Cabeza y la Cara, tan normal, como si estuviera
andando. Al ver Esto, sintió algo, algo que no sabría explicar. Fue un sentir
que en la Tierra no se siente así.
Dijo
un espíritu de Dios:
Este
Elegido, Dios manda en el Cielo que vea y sienta lo que el cuerpo en la Tierra
no puede ver ni sentir si Dios no actúa en el espíritu y el cuerpo.
Los “Humos
con Flotación Divina” hacen dibujos, nubes y cintas de colores, con colores
como los del arco que con el Poder de Dios sale en el cielo.
Desperté,
oí:
Siendo
este Caso hoy único, por ser de Dios, el hombre no se porta con él como debe.
Esto
va a formar más Escándalo que el trueno en la tormenta.
El
Escándalo se va a formar cuando vean los milagros que el Elegido está pidiendo.
Decían
en la Gloria estas Palabras:
¡Poder
de Dios! ¡Qué grande es Dios, que nada en el mundo puede con su Poder!
Un
Poder, que si se mueve, el mundo desaparece.
Repetían
en la Gloria estas Palabras:
Lo van
a pasar mal los que están despreciando estas Palabras, dichas por Dios en su
Gloria, cuando entierren sus cuerpos.
La Cara
de Dios Hijo en los “Humos Divinos” no se le quitaba al Elegido del
pensamiento.
***
Libro 48 - Investigaciones a la Verdad - Tomo VIII - C6
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