lunes, 13 de diciembre de 2010

¿Qué alegría es mayor? - Libro 84 - Investigaciones a La Verdad - Tomo XIV - Pag. 74-75-76


En Sueño Profético hablaban de la alegría que es de Dios. Decían que esta alegría es la que tiene la fuerza para recibir todo lo que la Tierra quiere mandar para retirarte de seguir a Dios.

Dijo un espíritu de la Gloria:

El que vive con esta alegría, recibe todo lo que le llega sin culpar a Dios y más Lo quiere, guardando los sufrimientos. El que los pregona y a Dios nombra, ofendiéndolo, ya premia a los espíritus del mal. A este Elegido, Dios le da Palabras para que las publique y todos vivan la alegría que Dios manda.

Decían muchas palabras hablando de la alegría. Decían que la alegría también llegaba cuando tú al prójimo ayudabas. También decían que daba alegría el recibir, pero que doblaba la alegría el dar lo que falta hacía, y que esto muy pocos lo comprendían.

Es una gran alegría el quitar del pecado al que está pecando. Para Dios, el que esto hace tiene un gran Amor a esta Vida, en la que pocos creen.

Todo era diciendo que ayudar al necesitado y quitar de pecar era más alegría para el que da y quita, que para el que recibe.

Desperté, oí:

Si tienes grande Amor a Dios, comprendes lo que dicen en la Gloria.

Que esto, sin Amor a Dios, no es comprendido.

Pero dobla la alegría el que lo da porque sabe que Dios, este es su Mando: Levantar al caído y dar comida al hambriento.

Si eres de Dios, es más alegría dar con la Fuerza de Dios, que recibir, porque sabes que al Cielo las gracias dan.

Terminan estas comparaciones diciendo estas palabras:

¿Qué alegría es mayor –si uno está retirado de Dios porque está pecando y otro que ama a Dios lo quita de pecar-, la del que quita de pecar o la del que estaba pecando?

Piensa que siente más el Amor a Dios el que lo quita de pecar, que el que estaba pecando.


***

6 comentarios:

  1. ¿Quién puede decir que no tiene sufrimientos en este mundo?, pero muy muy pocos podemos decir, por conocer este Caso, que sabemos cómo aprender a sufrir sin que sirva de sufrimientos a otras personas o, lo más importante, a Dios.

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  2. Ana enseñaba a amar al prójimo de una forma que nunca vi, porque en ella se hacían visibles estas palabras evangélicas: "ama a tu prójimo como a ti mismo"

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  3. La vida es muy trabajosa, generalmente porque la hacemos nosotros así. Hemos tenido la gran suerte de conocer a Ana y aprender a sobrellevar las contrariedades.

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  4. Nuestra alegría al hacer el bien es reflejo de la que siente Dios por el bien realizado.

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  5. Por extraño que parezca siempre es mas feliz el que da amor que el que lo recibe

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  6. Para mí la alegría más grande, es estar siempre con Dios

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