El que siente el Amor de Dios no puede dejarlo de nombrar

En Sueño Profético decían:

¡Qué triste tiene que ser vivir al lado de personas que de Dios no quieran saber!

Dijo un espíritu que cuando vivió con cuerpo, el Nombre de Dios siempre lo llevaba en su boca:

Voy a contar algo de mi pasado, cuando con cuerpo vivía:

“La familia de mi madre era gente de dinero, pero el nombre de Dios lo tenían en desprecio. Tenían fincas, y mi madre y yo trabajábamos para poder comer, porque mi padre murió cuando yo un año tenía. Mi madre, tanto me hablaba de él, que yo lo habría conocido si hubiera vuelto a la vida”.

Diré los consejos que mi madre me decía:

“Pídele a Dios que padre este con nosotros. Que yo no quiero a mi familia por lo mal que se portaron con él porque me llevaba a misa y a Dios nombraba todas las hora del día”.

Él trabajaba en la finca, y cuando dijo mi madre que con él se casaría, le hicieron la vida imposible porque decía: “Señor, yo no esperaba meterme en familia rica. Ya no Te nombro tan contento, porque el que no me conoce cree que Te nombro por el dinero. Y yo quiero tu Intimidad y ser pobre antes que ser rico como ellos y no oír tu Nombre”.

Esto, tanto lo refería mi madre, que yo, sin conocer a mi padre, lo quería.

Este hecho se cundió y nos fuimos a otra finca donde creían en Dios y nos preferían.

Desperté, oí:

Llegué a ser hombre y tenía de sobra de todo.

Me casé con la hija del encargado de la finca, y ella quiso que mi madre a casa se viniera, porque nombraba a Dios y con esto felicidad vivía.

¡Qué grande es el Amor de Dios, que mi familia no me quiere porque nombro a Dios y Él me pone felicidad mayor!

El que siente el Amor de Dios no puede dejarlo de nombrar en todo, porque todo es de Dios.

Quedé dormida diciendo: “Señor, ¿qué hago para que Esto sea por todo el mundo publicado?”.

Con las pocas horas de sueño, ya estas haciendo.

Esto lo oyó cogiendo el reloj.

Y las cinco no habían llegado.

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Libro 48 - Investigaciones a la Verdad - Tomo VIII - C7