En Sueño Profético decían:
Dios oye la petición que Le pida
el que Lo ame y el que Lo siga. Y es que el Amor más se agranda cuando Dios le
da Mando. Que hay veces que el Mando te da sufrir, no por ti, que tu sufrir es
porque ves el edificio terminado antes de que esté empezado. Pero para hacer
que lo comprendan es difícil que no haya enfado.
Dios se hace Hombre para dejar en
la Tierra Enseñanza. Que Dios la tiene para todos, pero todos, a Dios, no se
acercan.
Dijo uno:
Amando a Dios, comprendes lo que
el Elegido quiere que hagas, que es lo mejor. Porque antes de dar consejo, ya
en su sentir se lo ha dicho Dios. A los que más quieres, te da alegría el
oírlos, porque sabes que valoran lo que Dios hace. Que a veces los retiran para
quitarte alegría. Pero esto tómalo como Permitir de Dios.
Desperté, oí:
Si pensaran los que oyen, cuando
oyen el Mensaje, no podrían callarlo y cundirían este Caso, que tanta falta
hace en el adelanto.
Pensar esto te quita el sueño y
te hace pensar: “¿Qué haría yo para que todos vinieran a consultar y mi consejo
cogieran?”.
Consejo que manda Dios al que
sabe que no lo desprecia.
Y que con este consejo puede
entrar a muchos en la Gloria.
Pídele a Dios que no nos falten
las alegrías y las fuerzas, para que siempre estemos en su Presencia.
Que esta petición Dios se la
manda al que adora sus Palabras.
Adorar es poner siempre delante
el Mando que Dios dé.
Hay quien cree que adorar es
inclinar las rodillas donde la Imagen de Dios ve.
Que esto es como el alto cargo
del hombre en empresa o cuartel.
Decían en la Gloria: “¡Qué
sencilla es la Enseñanza de Dios!”.
Si tú pones en tus manos Amor,
como pluma y papel, ya siempre irás dando clases de este Amor cómo es.
Libro 47 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VI - C1
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