Tardaba
el sueño y los “Humos Divinos” daban luz con brillo en la oscuridad.
En
Sueño Profético decían:
Estos “Humos”
–y otra vez se vieron los “Humos” – son la Fuerza de Dios.
Estos “Humos”
son defensores y guardianes del Elegido. Esto detiene y abre puertas.
Este
Poder llega a la persona que Esto cree. Sin este Poder ya hubieran prohibido la
publicación de estos Mensajes en Libros y prensa.
Sigue
el Mando de Dios en un espíritu de su Gloria:
Se ve
que Esto es más Verdad, por no poder nadie reformar ni una sola palabra. Esto
no puede hacerlo ni Iglesia ni seglar.
Si
piensas, te das cuenta de que Esto tiene el “Sí” de Dios para ejercer su Poder.
Estas
Palabras dan Enseñanza. Estas Palabras deberían ser obligatorias para estudiar
una carrera, y ya, según del gremio que fuera, le darían el valor.
Dicen
en la Gloria, que si esto así fuera, los médicos tendrían llamadas con
esperanza de que se curara la enfermedad que al enfermo atormentara.
Este
Elegido, creyó y cree en la medicina, pero la coge como el cuerpo coge de
alimento la comida.
El
consejo del Elegido es hacer lo que manda el médico, pero poniendo delante el
mayor medicamento, que son las Palabras que dictan en el Cielo.
Desperté,
oí:
Oyendo
todo esto en el Cielo, ya pones la confianza lo primero, y después el
medicamento.
Decían
en el arrobo, que los espíritus del mal, buscaban caminos para al Elegido robarle
la Paz.
Al
Elegido querían quitarle el sueño, pero el Poder de Dios hace el arrobo, y ya
el Sueño es profético.
Aquí
intentan poner intranquilidad y robar la Paz.
Esto
tiene que tener un cambio, porque el cuerpo se cansa: el del niño, el del joven
y el del anciano.
¡Señor,
dame fuerzas para que yo siga sin que me canse tu Mando!
***
Libro 55 - Investigaciones a la Verdad - Tomo IX - C3
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