En Sueño Profético hablaban de la Confianza.
Decían, que la Confianza puesta en Dios daba Paz y alegría, te acortaba los
caminos que tú largos los veías. Sin Confianza es andar camino de noche y sin
Luna, llamar en puerta cerrada de casa que nadie habita.
Dijo uno:
El que Dios elige, en todo presentó su
Confianza. Y la duda del Poder de Dios, el que la tenía, le hacía sufrir el
pensar cómo tener duda del que hizo el mundo, del que su Poder puede resucitar
muertos, porque ya lo hizo cuando vivió con Cuerpo.
Sin Confianza no puedes dar ejemplo, ni
practicar las palabras que manda Dios dichas en su Reino.
Desperté, oí:
Todo lo que haga
el que Dios Aquí lo traiga,
es por la Confianza que en Él pone
cuando Lo llama.
Que siempre Lo está llamando
en la risa y en el llanto.
La Confianza,
el que la tiene, se destaca.
Se destaca por la fuerza
que pone en sus palabras.
Y deja en silencio
al que confianza le hace falta.
Si no tienes Fe ni Confianza,
Caridad te falta.
La Fe te da valentía
y te da Esperanza.
Y ya Dios te dice:
“Vive mi Fe
y vive la
Confianza”.
***
Libro 31 - Te Habla El Profeta - Tomo IV - C8
No hay comentarios:
Publicar un comentario