viernes, 23 de agosto de 2024

La Fe

En Sueño Profético hablaban de la Fe. Decían:

La Fe es la defensa del espíritu. La Fe busca el sitio que a Dios amen. La Fe achica los sufrimientos y busca el remedio que te acerca a Dios. La Fe le da vida al cuerpo y tapa lo que en otros cuerpos se ve.

Dijo uno:

A mí me aumento la Fe y me hizo pensar un labrador. Al pasar yo por una finca, en el campo, había dos hombres labrando. Me paré con otro que yo iba, y los dos nos miramos como avergonzados cuando le oímos a uno decir: “Este año me dobla Dios la siembra, porque yo lo siento cuando cojo el grano. Siento una Fe, que ya estoy apalabrando unas vacas que quiero comprar para aumentar el ganado”.

Qué cara nos vería, que nos dijo:

Ustedes pensarán que si no llueve y viene sequía estoy enterrando el dinero. Pues miren, este terreno es de los dos, pero el que es Dueño y manda es Dios. Nosotros éramos jornaleros, y el dueño del terreno guardaba millones y a nosotros lástima nos tenía. Ningún año los gastos del terreno se pagaban. Y ya un día nos dijo: “La tierra ya es vuestra, porque creo que con vosotros dará renta”. Cuando se lo contamos a nuestras mujeres, no les pilló de sorpresa, porque las dos, todos los días, se iban a una ermita que había cerca, y dicen que salieron las dos contentas, porque lo que a Dios Le pedían era que en la tierra Dios hiciera milagro para que el dueño el jornal nos diera.

Desperté, oí:

La Fe los hizo dueños, y la tierra correspondió a la Fe que bajaba del Cielo.

Ellos sembraban contentos y a Dios Le pedían que de la tierra fueran ellos los dueños, pero que vieran milagro en el terreno.

Sembraban con tanta Fe, que ya pensaban en gran recolección coger.

El dueño pensaba en el gran capital, y ellos en Dios primero.

La Fe les hacía, sembrando, ajustar lo que ganarían aquel año.

Los que iban paseando por el campo vieron en los campesinos una Fe que se veía milagro.

Aprende, del que está sembrando, la Fe tan grande que tiene.

Que está metiendo el grano en la tierra y ya sabe que va a tener gran cosecha.

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Libro 40 - Dios Manda En Su Gloria que Enseñen - Tomo VI - C8

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