Los valores

En Sueño Profético hablaban de los valores del espíritu y de los valores del cuerpo. Y también de la Enseñanza del espíritu y de la enseñanza del cuerpo.

Decían que los valores del espíritu eran valores Eternos. Pero los del cuerpo, si eran de sabiduría, no servían para el Cielo si no ponían al espíritu primero. Y si el cuerpo tenía gran belleza, el pecado te seguía si no cumplías los Mandamientos. Porque a la belleza del cuerpo la intentan retirar de Dios los espíritus del mal. Que te persiguen y te ofrecen lo que tú puedes desear y no puedes pagar. Éstos son los valores.

Ahora se va a hablar de la Enseñanza del espíritu y de la enseñanza del cuerpo.

Dijo uno:

La Enseñanza del espíritu no tiene cambio, siempre es igual, por no haber otra Gloria. Pero la enseñanza del cuerpo depende del que mande la enseñanza. Si cree en Dios y Lo ama, será la misma Enseñanza que Dios dejó cuando bajó a la Tierra. Pero si tiene mando de Tierra y no ama a Dios ni cree, enseñará el pecado como otra asignatura. Y a veces la premiara dando escándalo para que la enseñanza sea enseñanza nueva.

Desperté, oí:

Tienen la Gloria perdida las inteligencias del cuerpo que, sus enseñanzas, de Dios retiran.  

Decían en la Gloria que, el campesino y el pastor, si no enseñaban de Dios era por falta de libros.    

Pero con mirar al Cielo y pedirle a Dios cosecha, tenían entrada en su Reino.

¿Qué puede decir a Dios, cuando muera su cuerpo, un catedrático, profesor o universitario, si no enseña primero del espíritu y después del cuerpo?

Del espíritu, respetando las Leyes de Dios.

Y enseñando que Dios espera al espíritu para darle Vida Eterna.

Dios podría obligar a que Gloria quisieran, pero ya sería un dictador de la Tierra.

Que todos cumplen las leyes del hombre.

Y cumpliéndolas, son leyes que están juntas con estos nombres:

“Robo, crimen y adulterio”.

Y como enseñanza de cultura: romper los Mandamientos.

Coge la cultura del espíritu y castiga lo malo que haga tu cuerpo.

Que esto es pedir a Dios Gloria y maldecir el Infierno.

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Libro 40 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo VI - C7