En
Sueño Profético decían:
Si
amas mucho a Dios, ya Dios no te deja, te manda y te permite que hagas grande
su defensa, que a veces, esta defensa, retira del Cielo por no saber hacer la
defensa que Dios enseña.
Dijo
un espíritu con Mando de Dios:
Hay
personas que dicen que aman tanto a Dios, que odian y se retiran del que no Lo
nombra. Yo pensaba de diferente forma. Yo, a los que no Lo nombraban, les
hablaba de Él y les contaba los momentos en los que el sufrir me llegó y yo
decía: “Señor, no merezco oír tus Palabras, porque yo te ofendía y el oír tu
Nombre me molestaba”. Ya, una noche, el sueño se hizo defensor de Dios, y no me
llegaba, pero en lugar de enfadarme me entró una alegría tan grande, que noté
que estaba perdonado. Ya me hice amigo de Agustín de Mónica y con él en los
mesones me vieron. A los que me habían conocido antes de sentir este Amor, yo
les hablaba primero contándoles mi pasado, y les decía que a Dios le daba las
gracias por haberme hecho pensar en pedir el Perdón y cundir que Dios puede
perdonar, como perdonó a Agustín, y hoy, por contar su grande pecar y su
arrepentimiento, muchos en la Gloria están, y por nombrar a Dios Vivo tan
normal como lo nombra este Elegido.
Desperté,
oí:
El
Amor a Dios contagia y hace cambiar.
El que
está lleno de Amor de Dios, va dando ejemplo y nombrando a Dios.
Cuanto
más se cundan estos Mensajes, más grande será el Escándalo.
Se oía
balar de corderos y chirrido de pájaros, y decían:
“Esto
es altura de Cielo, desde donde los espíritus ven, pero tú no puedes verlos”.
Nombraban
mucho el Amor de Dios. Decían, que sintiendo este Amor, buscabas y hablabas de
Dios.
***
Libro 55 - Investigaciones a la Verdad - Tomo IX - C5
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