En Sueño Profético decían:
Tendrá más premio
del Cielo y de la Tierra el que más crea tus palabras y las obedezca.
Dijo uno:
En las cosas de la
Tierra, aunque no creas, obedeces y haces el mando que el superior manda,
porque si no obedeces tienes castigo. En el sitio que Dios deja Libertad, Aquí
el castigo se lo pone el mismo hombre apartándose de Dios, porque Dios retira
Mando cuando su Mando es corregido o reformado. Estos espíritus están en
peligro de ser condenados.
No hay Gloria mayor
que a Dios le mandes, que hacer su Mando contento y sin cansarte.
Desperté, oí:
Ponían la
obediencia en la Gloria como primera asignatura.
Nombraban Hechos de
Jesús en los que tuvo que apartar a los que no obedecieron su Mando.
Comparaban el mando
del hombre y el Mando de Dios.
Castigo que daba el
hombre y Libertad que dejaba Dios.
El Amor desprecia
libertad, pide Mando y obliga al cansancio a servir a Dios.
La obediencia,
habiendo libertad, pocos la usan.
Dios busca y
espera, pero no obliga a que Lo quieran.
Busca al que pecó y
no se atreve a pedirle el perdón porque no lo merece.
***
Libro 75 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo VIII - C6
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