En Sueño Profético decían:
Dios, lo que elige, siempre es para que sirva de ejemplo. Hasta en los mismos animales elige a unos y a otros no nombra. Te pone al palomo con nombre de Espíritu Santo.
Ya, Él actúa, y en la Visión, a veces te sientes dentro de tu pecho algo de tal Fuerza, que negar no puedes aquel Mando fuerte, y tú no te cansas de hacer lo que Él quiere.
Pone a los corderos para que el hombre los mire y piense que tienen su pastor que los guarda. Y el hombre, a Él Lo tiene cuando vive la humildad que estos corderos tienen.
En estas Palabras se vio el campo y quedó silencio. Había muchos corderos, que vistos en altura parecían la piel de sólo uno, por la unión que tenían estos corderos.
Se oyó balar, y el que explicaba con el Mando de Dios, dijo:
“Se oye el balar para que cuenten que están vivos”.
Desperté, oí:
Él se nombra, dándose al hombre para purificarlo, con estas Palabras:
“Cordero de Dios”.
El que Lo quiere,
se limpia de pecado
y Él lo perdona.
El que mire a los corderos,
tiene que mirar al Cielo.
Si eres humilde por fuera
y la humildad es por dentro,
pídele a tu Pastor,
que antes de oír balada,
ya Él te está respondiendo.
Lo que quiere es que no olvides
que Él siempre espera contento.
***
Libro 20 - La Palabra del Creador - Tomo II - C2
Debemos aprender de la convivencia en paz de los corderos,y de la confianza en su pastor.
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