En Sueño Profético decían:
Culpa el hombre a Dios del sufrir que en la Tierra pasa, y no da gracias al Cielo porque castigo no manda, en huracán, agua o fuego.
El hombre dice “¡Dios mío!” cuando el agua le llega al cuello. Y dice “Dios no me oye”, y no piensa las veces que Dios lo llama en mil maneras y el hombre a Dios no responde.
Dios tiene a los Elegidos para que hablen de su Gloria. Y siempre está recordando que Dios es Vivo en la Gloria.
Dios perdona y se presenta en el sitio que quieren quedarse libres de las garras del pecado; es amigo del humilde que el hombre tiene apartado como algo que no sirve.
Pues a éste busca Dios y, sin cátedras ni títulos, Él lo hace profesor para enseñar y guiar a los espíritus, para apartarles torturas que encarcelan al espíritu.
Desperté, oí:
Da pena –por no decir otras palabras–
cómo el hombre trata a Dios
y el responder de Dios al hombre.
Si Dios no mandara
Amor y Perdón al hombre,
a las fieras harían buenas.
Porque sabiendo que existe
el Creador de la Tierra,
no cumplen los Mandamientos,
como tampoco las fieras.
Con la gran diferencia
que a la fiera es el monte
lo que esa vida le deja.
Y el hombre tiene riquezas
que puede administrar
y decir: “soy dueño de ellas”.
Cuando ya entierren su cuerpo,
tiene Gloria el que la quiera.
¡Son pocos los que Aquí vienen,
para los que Dios quisiera!
***
Libro 18 - Dios No Quiere, Permite - Tomo III - C3
La Paciencia de Dios es Amor,mientras que el hombre Le exige y no agradece
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