En Sueño Profético decían:
Hacer el bien en acción o en palabras da tranquilidad a tu espíritu, y tu presencia da Paz. Enseñar las buenas costumbres es arrinconar a las malas. Presentarte con honestidad es frenar el pensamiento del pecado. Pagar con un bien el mal recibido es estar en el Camino de Dios y puede que el que lo reciba te siga.
Dijo uno:
Esto es tener a Dios en tu pensamiento la mayor parte del día, y ya la otra parte te mandará, para que la ocupe, pensamientos de su Cielo, que unos están olvidados y otros están ahí pasando. Pero serán pensamientos para acarrear a Aquí.
El que tiene pensamientos malos es porque en su pensar no está Dios. El que el bien no practica, ni en acción ni en palabras que lleven a la acción, éste no piensa en Dios. El que su presentación es de pecado recuerda el pecado al que pueda tenerlo en olvido. El que paga el mal que le hicieron con el mismo mal o con aumento, que no se nombre cristiano, porque este pago no está en el Testamento de Dios.
Desperté, oí:
Si quieres darle tranquilidad a tu espíritu practica el bien, en acción y en palabras.
Si quieres que no piensen en pecado haz tu presentación con la medida del Cielo.
Si el que te hizo mal él recibe también mal no se ve malo él sólo.
Si el que mal te hizo recibe un bien él se dirá malo y a ti te dirá bueno.
Que luego el gran valor te lo dará el Cielo.
Enseña las buenas costumbres, pero que te vayan viendo en palabras, en acción o en prudencia en el silencio.
Pero que ocupe la mayor parte del día en tu pensamiento.
Que si esta parte es mayor haces bien y das ejemplo.
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Libro 67 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo VII
No dejar lugar al mal pone freno al pecado e invita al pecador a la conversión.
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