En Sueño Profético hablaban de la palabra “bueno”.
Dijo Juan:
Veníamos ya de regreso y el día ya iba acabando, cuando dos se acercaron al Maestro, y uno dijo:
–Vamos a salir de dudas, ¿quién de todos nos podría decir lo que es un hombre bueno?
Todos fueron apartándose hasta dejar verse al Maestro.
Dijo el mismo:
–Queríamos saber, Maestro, lo que es un hombre bueno.
–Yo sabía que tú venías por lo que hablaste en el huerto: “¡Para ser un hombre bueno, no hace falta que obedezcas al Maestro, ni que quieras su consejo!”. ¿A que esto era lo que estabas hablando en el huerto?
Contestó uno:
–Yo temía que vinieran a contártelo todo. Yo sé el que fue, uno que hablaba mucho del Maestro.
Otra vez se oye al Maestro:
–No puede ser hombre bueno
el que diga las palabras
que tú dijiste en el huerto.
Hombre bueno es
el que ama a Dios del Cielo,
el que oye sus Palabras,
y el que siempre obedeciendo,
contento ama a mi Padre,
que todo lo ve desde el Cielo.
Este mismo supo en Mí,
lo que tú hablaste en el huerto.
Desperté, oí:
De piedra quedó este hombre
cuando oyó hablar al Maestro.
De piedra quedó y oyendo
lo que era un hombre bueno.
El tenía que cambiar,
lo primero, amar a Dios,
y luego ya, lo demás.
Si amaba a Dios,
hombre bueno era ya.
Él quería que Dios dijera
lo que un hombre bueno era.
Cuando el Maestro le dijo,
que el Padre en Él lo sabía,
le retiraron palabras,
y la voz no le salía.
Le entró un remordimiento,
pensando, que el que no ama,
no puede ser hombre bueno.
Bueno no puedes decir
a aquel que está sin contacto
de la Gloria que hay Aquí.
***
Libro 3 - La Palabra del Creador - Tomo I - C2
Bondad es Amor y Amor es Dios. No podemos considerarnos buenos si simplemente cumplimos con la ley del hombre.
ResponderEliminar