En Sueño Profético decían:
Esta Gloria es para todos, pero todos no entran en esta Gloria. Unos no la merecen, otros no la quieren, y mayoría no creen en la Gloria. A los que no se la merecen, Dios no se la da, porque Dios es Justicia Divina. A los que no la quieren, como Dios es Libertad, el dársela sería a la fuerza, y ya Dios copiaría del hombre, siendo Dios el que la vida les deja. Los que no creen, han rechazado su Enseñanza y han vuelto la espalda. Aquí Dios no puede hacer nada.
¡Gloria, de la que Dios no retira su Enseñanza por los que aman y adoran!
Dijo uno:
Que nunca se crea el hombre, que Dios busca al que a Él le da la espalda, que si alguna vez repite, es por otro hombre que hubiera y pueda querer su Enseñanza.
Pero el que desprecie la Gloria con la vida que ahí haga, Aquí no le sirve el lingote de oro con el que pagara; no llegarían los llantos del que Gloria quiera darla.
Desperté, oí:
La Gloria tiene su precio,
un precio de gran caudal.
Pero no hay dinero
para poderla pagar.
Parecen contradecirse
las dos frases ya “dictás”.
Ahora, estas dos que vienen,
ya te hacen el pensar:
Es un precio sin dinero,
y es un gran caudal.
Y no puedes regalarlo,
ni tampoco obligar.
Pero la pena más grande
es que Dios te quiera entrar
sin utilizar el Dios,
porque ya no sería amar.
Esta Gloria llama y niega.
Llama al que coge su Camino,
y niega al que por fuerza lo llevan.
Final y precio de Gloria:
Amor, ya crees y ya entras.
***
Libro 11 - Te Habla El Profeta - Tomo II - C6
La Gloria es un regalo de Dios y una elección del hombre. Gloria y pecado son incompatibles.
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