En Sueño Profético decían:
No es lo mismo buscar con ansiedad que aceptar por la fuerza. El que busca, aprende. El que por la fuerza acepta no puede aprender nada, por no haber querido cuentas con esta inmensa Enseñanza.
Hablan dos, y más habían contestando:
Eran palabras y temas que hoy cualquiera podía hablarlos. Nombraban mucho lo Eterno, hablaban de los pecados, decían Palabras del Evangelio, hablaban de endemoniados y decían que éstos eran enfermos de cuidado y que si el que trato con ellos tenía estaba con un gran contacto con Dios y cumpliendo la Doctrina que da la Salvación al espíritu, llevando una vida de Paz y una humildad de cordero, aquí resbala la enfermedad del espíritu y puede hacer que huyan los espíritus malos.
Esta enfermedad tiene varias escalas y según sea su gravedad así tiene que ser el trato. Aquí, el medicamento del hombre no sirve. Esta enfermedad muchas veces se adquiere por falta de obediencia al que conoce a la enfermedad, como médico de la carne que te advierte lo que tu estómago no tolera y tú le echas lo que el deseo te pide, siendo enfermedad voluntaria por falta de obediencia.
Desperté, oí:
¡Cuántos se ponen enfermos de espíritu por ir en contra de lo que Dios manda en su Reino!
¡Cuántos empiezan pecando por no coger el Consejo!
Consejo que es de Dios, pero ellos te contestan diciendo “esto no es malo”, y ya están abriendo puertas a los espíritus malos.
Y ya entra la soberbia y el Consejo no es tomado.
Esto le pasó a Jesús cuando era Padre Eterno, antes de hacerse Jesús y de que Lo vieran Maestro.
No cogieron su obediencia e hizo, con su Poder, que descendieran a los Infiernos.
Que ahí vive el que no quiere coger, de Dios, su Consejo.
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Libro 65 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo V
Si el Consejo de Dios está presente en nuestra conducta podremos aliviar espíritus enfermos y mantener sano el nuestro.
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