En Sueño Profético hablaban de la Vida de Dios cuando vivió de Hombre. Decían muchas palabras que aquí no me las dictan. Se oía hablar a mujeres y a maridos de las mismas. Contaban unos Hechos que delante de ellos ocurrieron, que hoy si los contara uno que amara a Dios, –entonces Dios y Maestro–, serían de gran Enseñanza y de gran provecho. Son Hechos que pasaron, que el Maestro puntualizaba para aclarar los Hechos, para que el que los estaba viendo no equivocara el camino haciendo mal al Maestro.
Dijo uno:
La Enseñanza que daba era para todos los tiempos. Un día presencié esto que Aquí cuento:
Estaba el Maestro parado, oyendo a uno de sus Discípulos que le estaba refiriendo un hecho que ellos hicieron sin contar con Él –que ya lo sabía el Maestro–. Se pararon al paso unos que habían vivido, tiempos atrás, haciendo pecados –que también lo sabía el Maestro–. Éstos hacía días que Lo buscaban y no daban con el Maestro. Estando éstos parados, llegó otro y con voz fuerte dijo:
–¡Ya te diré yo, Maestro, los que tienes delante…!
Éstas fueron sus Palabras:
–Éstos que tengo delante saben quién soy y buscan Perdón y Gloria. En cambio, tú me tienes por un hombre, no por Dios del Cielo.
Se vieron a estos hombres, con lágrimas de no querer hacer pecado, cuando oyeron al Maestro.
Desperté, oí:
¡Qué tres grupos en silencio quedaron cuando el Maestro perdona, enseña y aparta!
Perdona a los que en su busca fueron.
Enseña a sus Discípulos.
Y aparta con el gesto que les habla a los que querían que el Perdón no diera a ellos.
¡Tiempo sabía el Maestro que éstos Lo iban buscando!
Él los dejó varios días, para que fueran al sitio con Amor firme por dentro.
Para que se hicieran roca y fueran de Él diciendo:
“Odio pecar, y pecado ya me perdonó el Maestro”.
Entonces ya le servían como le servían aquéllos.
***
Libro 13 - Hechos de Jesús Peridos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo II - C4
El que se considere santo,más necesitará el perdón.
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