En Sueño Profético decían:
Dios habla al Comunicante; el Comunicante, comunica; y el que oye, divulga.
Si Dios no habla, el Comunicante ni oye ni comunica, y entonces no hay quien divulgue.
El Dictado es la fuerza de sus Palabras. Este Dictado sea hecho normal, como Él lo dicta.
Desperté, oí:
Dios dirá que es Dios cuando el hombre no le diga: “Haz de Dios”.
En este pedir puede entrar la ofensa.
En la Vida Pública del Maestro –este Nombre dicho por quienes Lo adoraban–, hubo quien vio que era Dios sin pedírselo.
Y aquí, sí decía “Yo soy Dios”, haciendo uso del Poder y Mando del Padre.
Que este Padre es Hijo, y este Hijo es Padre.
Si quieres querer a Dios, cuenta que tú Lo quieres.
Y si dices “esto es de Dios”, piensa que tú Lo sientes.
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Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - C2
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