En Sueño Profético se vio una nave grande. Salían de ella
unos, vestidos con túnica y con presencia de ser Discípulos. Ya se vio en la
calle gente que esperaba al Maestro. De momento se apartaron y se vio a Dios
Hijo con su Túnica, como los Discípulos, pero había gran diferencia. Su Cabeza
daba Resplandor. Y sus Palabras se veían que eran Fuerza de Dios Padre. El
movimiento de su Túnica y su Manto hacían que te pararas y que miraras a los
Discípulos. Pues ninguno tenía la Presencia de Dios.
Ya dijo el Maestro estas Palabras:
“Si a alguno de vosotros os pararan para
haceros preguntas de mi Existencia, decid que Yo espero al que cree quién Soy,
y éste oirá mis Palabras lo mismo que mis Discípulos. Que Discípulos no son los
que Yo quiero, son los que creen quien Soy y Me buscan, y me piden Palabras
para ir cundiendo lo que Yo enseño de mi Gloria”.
“Esta Enseñanza, hoy hay un Elegido
que la enseña y dice mis Palabras. El que las coja y las cunda, es Discípulo
como éstos que se han visto cuando tenían cuerpo”.
Se quitó esta Imagen que se estaba viendo
y dijo un espíritu de la Gloria:
“Ha sido una escena Divina todo lo que se
ha visto, y que yo vi cuando vivía mi cuerpo y seguía a los Discípulos”.
Esta Enseñanza ha sido para el Elegido
que Dios arroba su espíritu y lo trae a su Gloria.
Desperté, oí:
No se puede explicar cómo son las
Palabras que Dios dice en su Gloria para dar Enseñanza a este Elegido de Dios.
Que pronto salgan más Libros con los
prólogos que han ofrecido.
Éstos van a ser grandes truenos de
tormenta, a los que nadie puede poner silencio.
Decían en la Gloria que ya ha llegado el
pedir del Elegido, que es éste:
“Señor, mándame quien busque
Representantes que a Dios representen y que esta Verdad rompa las fronteras del
que a Dios no ama, aunque Lo represente”.
Este es pensar del Elegido, y Dios le
pone las Palabras.
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Libro 64 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo VIII - C4
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