En Sueño Profético decían:
No hay alegría mayor que el no faltarte
de tu pensamiento este grande Amor de Dios, que es el que te da las alegrías y
el sufrir te lo achica.
Dijo el Mando de Dios en un espíritu de
la Gloria que cuando tenía cuerpo era Discípulo de Dios Hombre, Maestro, como
Él quería que Le llamaran sus Discípulos:
La vida del que se entrega al Mando de
Dios, tiene una gran diferencia de la del que cree y ama pero no está entregado
para hacer el Mando que Dios le da al Elegido. Nosotros, sus Discípulos, el día
que el Maestro el Mando que nos daba era de pocas horas, el que nos conocía,
algo nos veía en la cara, y a mí me decía: “¡Santiago, hoy te veo triste! ¿Es
que estás con el Maestro disgustado porque te da poco Mando?”.
¡Pues sí! –tenía yo que decir.
Cuando me presentaba con los compañeros
delante del Maestro, me decía:
“Santiago, traes disgusto por el poco
Mando que te he dado. Pero desde este momento las alegrías le darán fuerzas a
tu cuerpo. Si las fuerzas te faltaran, no dejes las fuerzas en secreto, que
para Mí no es el secreto, es para tus compañeros que han dicho que mi Mando te
tiene cansado. Yo sé que no es así, pero sigue con tus compañeros unido de espíritu
y cuerpo”.
Ya sigo diciendo, que cuando sientes que
el Poder de Dios no te da grande Mando, tu interior lo tienes con falta de
Amor. Este sentir lo teníamos igual los once Discípulos que tenía Dios Hijo,
Maestro, como Él nos enseñó que Le llamáramos.
Desperté, oí:
Todas las palabras que en este Arrobos se
hablaban del Maestro y sus Discípulos son Mando de Dios para que sirvan de
Enseñanza y de Paz.
Cuando el que Dios manda le da mando al
que está entregado a este Poder de Dios, el mando lo hace pensando que es a
Dios al que se lo hace.
Este Mensaje Dios me dice que lo diga y
que sirva de Enseñanza.
Santiago: Un Discípulo de Dios Hombre.
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Libro 64 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo VIII - C6
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