En Sueño Profético decían:
Quítate el sufrir cuando te llegue el pensar:
- Señor, yo
no estoy haciendo nada. Yo quisiera ir, por sitios cercanos y lejanos, diciendo
todo lo que veo y que Tú me das el Mando para que se publique.
Estando oyendo estas palabras se vio un camino, no era
campo, ni de grande capital. Venían muchos, muy juntos, y de momento se
retiraron y quedó la presencia de Dios Hijo, con su Túnica y su Manto. Se veía
como siempre se presenta, y dijo estas palabras (ya todos estaban retirados y
lejos):
- Cuando Yo doy Mando es porque tu presencia quiere
cundir que mi Padre tiene Vida Eterna, que hizo el Mundo y su Nombre es Dios
Padre. Y yo soy Dios Hijo, que es donde mi Padre pone sus Palabras y su Mando.
Si el que Yo elijo no pusiera este Poder en todo lo que la vida le da al cuerpo
hablaría de mi Reino, pero sin Visión y sin Mando de mi Padre dicho en Mí.
Ya termina estas palabras el Mando de Dios en un
Discípulo de Dios Hijo, Maestro como Él quería que Le llamaran:
Todo lo que se ha visto ha sido en el Cielo, que es
donde está la Gloria. Que Aquí no puede venir nadie si no es trayendo Dios a su
espíritu, como trae a este Elegido.
Desperté, oí:
Todo lo que se ha visto en el Arrobo ha sido Dios
contando lo que pasó, cuando bajó a la Tierra, en ese camino con los que Le
acompañaban.
El camino que Dios ha hecho ha sido todo igual, pero
sin suelo.
No se puede decir lo que sientes cuando oyes las
Palabras de Dios y ves su Presencia.
Esto lo sabe el que va a decir su nombre.
- En estas
Palabras yo he estado, porque ha sido Visión y Palabras de cuando mi cuerpo
vivía. Que, en medio de lo que se ha visto, por el camino yo iba. Yo soy
Santiago, un Discípulo de Dios Hijo, Maestro como Él quería que Le llamáramos.
Este Mensaje, dicen que la Madre de Dios Virgen lo
nombraba porque le preguntaban por su Resurrección.
Igual que Lo tuvo en sus brazos matado fue doble
escándalo Verlo sin señales en el Cuerpo.
Este Mensaje que lo oiga el que crea y ame.
Los que más quieres y los que están aquí unidos estas
palabras tienen que recordarlas cuando las oigan.
Cuando Dios manda son Palabras Benditas, que son las
Palabras que del mal te retiran.
Esto para entenderlo tienes que tener Amor de Dios
dentro de tu espíritu y en tu cuerpo.
Que el Amor de espíritu lo sabe Dios, y el del cuerpo
todos los que miren al cuerpo. Que lo verán según publique el pudor al pecado
mayor, que es como el animal, cuerpo sin ropa.
***
Libro 67 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo VII
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