En
Sueño Profético decían:
No
tengas temor de decir en público lo que en el arrobo dicen: “Ve y da mando para
que se hagan Libros, pronto y en gran cantidad, porque existe lo principal, que
son los Mensajes que dictan en la Gloria”.
Sigue
el Mensaje el Mando de Dios en un espíritu suyo:
Son
los Libros los que formarán gran Escándalo, pero aquí algo se presenta, que no
ve nadie, para que no puedan hacerlos. Los Libros son la Publicidad Divina, que
hará pensar, preguntar y pararse donde en público estén.
Esto
es gran milagro que nadie puede presentar, lo mismo que los “Humos Divinos”
haciendo dibujos que el Elegido ve, mire para donde mire; como la “Piel de
Cordero” de la que brota agua cuando el Mando de Dios le llega; igual que el “Cuadro
de la Cena de Dios con sus Discípulos”, que desprende rayos de luz a gran
distancia; y el oír la “Respiración”, como cuerpo que a tu lado descansa. Todo
esto es refuerzo que Dios manda para que olvides el desprecio que dan al no valorar
estas Palabras.
Que
todas las horas del día sean para hablar de este Caso, que mucho manda Dios que
se repita que hoy es Caso único. Con estas Palabras no debería haber aquí la
lentitud que hay. Estas Palabras de Dios tendrían que ir desafiando a la Jerarquía
de la Iglesia y Ministros de Dios que no quieran saber de ellas. Esto está ya a
una altura, que cuanto más se busquen estas Palabras, más Verdad se ve que son.
Desperté,
oí:
Poder
de Dios lleva el que estos Mensajes defienda, diciendo que este Caso hoy es
único.
Hace
falta aquí también la voz de un cantante para publicar estos Mensajes.
Decían
en la Gloria, que aquí el silencio daño hacía, como a la siembra la sequía.
Si
aquí no actuara Dios, ¿cómo tener fuerzas para ir dando alegrías donde las
alegrías de Dios quieran?
Escribiendo
este Dictado puedes decir cómo veías los rayos de luz que del “Cuadro” salían.
Y de
la “Respiración sin persona”, cómo el oírla te achicaba las penas.
Porque
pensabas: “Esto tiene que ser de alguien que me quiso y está con Dios, sólo en
espíritu”.
Estas
Palabras también son dictadas como el Mensaje, en la Gloria.
***
Libro 55 - Investigaciones a la Verdad - Tomo IX - C6
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