martes, 30 de abril de 2024

Luz Divina, Luz del Cielo

En Sueño Profético decían:

Las alegrías que Dios te manda son alegrías de milagro. Que éstas, Dios las irá mandando para el sufrir achicarlo.

Se vieron unos rayos de luz. Eran como espigas doradas que por la puerta entraban. Y ya se oyeron estas palabras:

“¡Luz Divina, Luz del Cielo! ¡Luz Divina, que cambias los pensamientos!”.

Esta Luz –y otra vez se vieron los rayos de luz con fuerza por el lado de enfrente de la ventana, o sea, de la ventana que estaba cerrada–, Dios la entra. Que antes, la Luz estaba con las palabras de los que están aquí unidos y con fuerza hablaban de los arrobos para publicarlos.

Dios maneja tu espíritu y tu cuerpo.

Desperté, oí:

Antes de Dios arrobar el espíritu la noche pasada, el espíritu del mal te atormentaba.

Pero Dios te arroba el espíritu y entra Fuerza de Luz Divina, que nadie puede encenderla ni apagarla.

Los libros, que no se dejen de hacer y que los sigan presentando.

Ya que esta cantidad de Libros no la tiene nadie.

Esto tiene que formar gran escándalo, cuando vean verdad sin nadie poder reformar una palabra.

A más pienses en la Luz que, dormida, estabas viendo, más verás que esto nadie puede hacerlo.

Termina el arrobo con estas palabras:

“¡Luz Divina, Luz del Cielo!

¡Luz Divina, que cambias los pensamientos!”.

Que se cambian en alegría los que te dan sufrimiento.

***

Libro 47 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VI - C5

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