En Sueño Profético decían:
Si
pensando en Dios haces el bien, el bien estará bien hecho. Si cuando vayas a
hacer el mal, de Dios te acuerdas, el mal se retirará, porque tú lo
despreciarás y al Cielo mirarás.
Dijo
uno:
Con el
pensamiento puesto en Dios, Él te dará el consejo y te hará ver lo que tú no
estabas viendo.
Los
ojos ven el cuerpo, pero al espíritu lo ve el Poder de Dios, que es el que le
manda a tu espíritu cuando tú a Dios Lo pones lo primero y estás esperando
Mando para hacerlo todo bien hecho. Que este bien no puede estar en secreto,
porque se destaca de los bienes de la Tierra. Que éstos los dan por ley o por
fuerza.
Haciendo
el bien y a Dios llamando, tienen que, en este bien, tu nombre nombrarlo.
Si a
estos momentos el valor les dieran, verían el Amor a Dios de muchas maneras.
No es
lo mismo dar por ley –empezando por el saludo–, que dé el Amor de Dios que va
contigo y tú quieres que aprendan para que hagan igual: dar lo que puedas, pero
con alegría y con Paz.
Desperté, oí:
Se ve
el Amor de Dios, por no rechazar nunca la petición que te hagan, para que vean
que es Dios.
Esto
hace pensar que el que Dios elige, con nadie se puede comparar.
Aquí
se junta el rebaño, con alegría y con Paz.
Aquí
el Pastor ha sido Dios.
Las
lágrimas de hoy pueden quedar en oración.
Los
Mensajes en canción, que aprisa sea su publicación.
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Libro 40 - Dios Manda En Su Gloria que Enseñen - Tomo VI - C8
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