domingo, 30 de septiembre de 2012

Lo que el hombre culto ignora

En Sueño Profético me veía con mucha gente, y cada uno hablaba de sus asuntos. De allí, rápido, me veía en otro sitio, como de oficinas; luego, en unos grandes mercados, y la gente aprisa compraba. También vi sitios de grandes fiestas. Y lo último, un cementerio en el que había unos hombres refiriendo una crítica de hombres buenos que habían vivido su vida de santidad, y ellos lo referían como mofándose de ellos. Visité sitios donde hablaban del futuro, y con grande ilusión festejaban lo que no sabían si ellos podían ver realizado. Pasé por unos sitios que había unas casas cerradas con grandes puertas pintadas en rojo: era todo puertas, y pared no se veía; se oían con grandes voces estas palabras: “Esta casa es casa de pecado. Estas puertas son chicas para tanto pecado como entra”.

Dijo uno:

De todo lo que se ha visto, en ningún sitio se ha nombrado a Dios, en ningún sitio necesita el hombre a Dios. Esto, constantemente lo está demostrando el hombre.

Dijo otro:

Dios tiene que elegir al que sabe que Lo ama, para que hable de Dios, para que enseñe a vivir despreciando el pecado, para que vea con pena el no ser Dios nombrado, para que quite el error que el hombre tiene formado, para que tenga presente que lo que dice mañana, tal vez no llegue a la noche.

Desperté, oí:

Dios ha querido llevarla en espíritu a la vida que vive el hombre.

Dios la lleva para que aprenda
lo que el hombre culto ignora.

Dios quiere que cuando hable,
compare con esta Gloria.

¡Qué poco saber se ve
en querer vivir el hombre,
y a Dios sin parte tener!

¡Qué bien puesto este símbolo
en la casa del pecado!:

Todo puertas, porque entran
a piaras endemoniados.

Pero aún faltan más puertas
para el que peca callado.

Otros haciendo sus planes
para años venideros.

Y ya, los que se mofaban
en el mismo cementerio,
no creían que había Dios.

Porque creer y mofarse,
tiene aún menos perdón.

El hombre, es grande pena,
que pueda vivir sin Dios.

Que yo no diría vivir,
porque en la vida sin Dios,
yo pediría el morir.

Haciendo esta petición,
fijo te vienes Aquí.

Nombra a Dios muchas veces,
que el silencio hace sufrir.


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Libro 7 - Investigaciones a La Verdad - Tomo I - Pag. 73-74-75-76

sábado, 29 de septiembre de 2012

Deberían ser todos “Pedros”

En Sueño Profético decían:

No debería extrañar el que Dios al hombre le hable. Esta extrañeza la cultiva el hombre, y hace que se extrañe el que recibe la Comunicación de esta Gloria. Se encuentran muchos que en “Dios Hablando” no creen, y muy pocos aceptando. Y estos pocos son, por los muchos que no lo creen, insultados.

Si hubiera un tribunal y pudieran hablar los dos bandos, se vería la injusticia que estos muchos le hacen a estos pocos; pondría la aplastante razón para que los necios y fríos de espíritu vieran las Palabras de Dios dichas en la materia, y que Dios, como Dios Único, elige donde Él quiere, y hace las cosas a manera de Dios Único en Sabiduría y Poder. Esto para el frío.

Y para el que ama, Dios es único en dar Amor Eterno. Y este Amor, Dios quiere que el hombre ahí lo vea: en Sabiduría, en Prodigios, y en todo lo que el hombre no pueda decir: “Yo hago eso que Dios ha hecho”.

Dijo uno:

Cuando Dios se comunica a este espíritu que vive materia, es cuando gritan “Los Pedros” y “Los Judas”. Deberían ser todos “Pedros”, que Dios les prohibiera palabras. Pero no “Judas”, que son los que Él aparta.

Otra voz diferente contesta:

El que desmiente al que Dios le dice “di al hombre”, éste sabe que Dios habla. Si quisiera hablar con firmeza de su vida, actuaciones y momentos, lo seguía y ya retiraría sus errores, que son los que le impiden ver lo que ve él. Mientras no ame igual que este Lugar, Dios no lo cogerá de Instrumento, porque tiene que ir la salud con el color y la energía. No puedes decir “tengo buena salud”, cuando no des buen paso, cuando estés tullido en un sillón. Pues si Dios dices que te habla, tienen que ser tus actuaciones intachables.

Si esto fuera un tribunal, ganaría sólo la actuación de la carne, derrotaría a los necios que las Palabras de Dios quieren borrarle: “No puede haber hombre bueno y sus obras malas. Y no puede ser malo y sus obras buenas”.  

Pues si éstas son las pruebas que Dios manda que estudie el hombre, ¿por qué insulta a Dios y no las estudia?

¡Hombres sin Amor ni miedo al Dueño que en todo manda!

Desperté, oí:

¡Hombres que Amor demuestran,
sin que este Dios les hable!

¡Hombres que caerán en la cuenta
cuando la carne les falle!

¡Hombres que hablan de Dios
como aquel hombre que sabe!

Como aquel hombre que sabe
de lo poco de la Tierra,
pero él se cree sabio.

Si supiera como él cree,
no diría que se calle
al que pregona de Aquí
lo que Dios manda dictarle.

Que formen un tribunal
y que la razón les hable,
que es la Palabra de Dios,
que no hay hombre que Lo calle.


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Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag. 134-135-136

viernes, 28 de septiembre de 2012

Oración en acción

En Sueño Profético hablaban de la oración. Decían:

La oración es más valedera para el Reino de Dios, con acción.

La oración es amar a Dios, pedir a Dios, pero obedecer a Dios. Si no obedeces, no amas.

Dios no oye tu súplica cuando tú no oigas la del necesitado.

Dios no puede borrar Palabras que dijo, por ser su Palabra Eterna.

Dios Hijo hizo oración, pidiendo al Padre fuerzas para seguir la acción de la materia.

Dios Hombre hace la acción en el Amor, en la Enseñanza y en el Perdón.

Dios Padre manda, y Dios Hijo obedece; obedece hasta dejar que el hombre le dé Muerte de Cruz. Dios Hijo obedece a Dios Padre y permite al hombre.

Dijo uno:

La oración sin obras, es barniz sin mueble. Los espíritus del mal roban la oración de acción.

Esta oración es sellada por el Mismo Dios hecho Hombre:

“Id al Prójimo, y no os preguntarán quiénes sois. Ya os hablarán de Mí, porque en vosotros verán mis costumbres, que esta es mi Enseñanza. Los espíritus poseídos por Satanás, arremeterán a mis costumbres, porque éste es el certificado que exige mi Gloria, donde habita mi Padre y de donde Yo soy mandado. La oración es a mi Padre que está en Mí, pero primero está la obediencia a mis Palabras”.

Desperté, oí:

Este espíritu de esta Gloria,
que bien dicho, Éste es Dios,
te recuerda la oración en acción.

Dios Hijo hace oración de acción,
y en ésta hace oración mental al Padre.

Un ¡Dios mío! en acción,
llega más que mil
sin ocuparte del que a Dios llame.

Los espíritus del mal,
buscan "pa" quitar la llave
donde están haciendo el bien
"pa" encerrar el bien sin que hable.

La oración tiene un valor,
un valor incomparable,
cuando le ves la oración
a la acción acompañarle.

Porque oración sin acción,
no puede valorar nadie.

Por eso Dios los mandó,
y aunque veían otra carne,
sabían que era Dios.

No puedes tener oculta
la oración que es de acción,
porque ésta es la que lleva
a que todos amen a Dios.


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Libro 2 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo II - Pag. 188-189-190

jueves, 27 de septiembre de 2012

Dios, cuando se comunica, su actuación es poderosa

En Sueño Profético decían:

Al hombre le sorprende que le digan que Dios habla en el hombre; que habla en “Sueños”; y que estando despierta la persona, Dios toma aquel Lugar para que vean que Dios es quien mueve aquel espíritu, dándole su Inteligencia y Poder para que el hombre sepa que Dios está Vivo y Presente en manera no visible para el hombre.

Dios, cuando se comunica, su actuación es poderosa. Antes de su Venida, a quien se le comunicó, formó escándalo. Estos Profetas tenían Poder del Mismo Dios. Si su materia no era la de Dios, era el Espíritu, y aquí viene la interpretación, interpretación mal tomada del que no ama a Dios. El que no Lo amaba cuando Moisés, no podía cumplir los Mandamientos, que esto es la Ley de Dios. El que a Dios amaba, veía no era Moisés, veía a Dios, y sus Palabras tenía que cumplirlas. El que Lo ama, ve que estos Escritos son hechos con pluma, pero no haría falta mano, porque están dictados y hechos por Dios. Dios, para comunicarse al hombre, tiene que venir a vivir de Hombre o hablar en el Lugar que Dios Padre puso, Profeta, hombre que Dios habla en él.

Despierta, oí:

Antes del Nacimiento de Dios, se habló mucho de Dios.

Ya, cuando nació, fue alegría para unos y gran contrariedad para otros.

Y quedan los que piden al rey Lo degüellen:

Dios Padre, en Sueño, habla a José, y José comunica a la Sierva de Dios Padre y Madre de Dios Hijo.

Esta Madre y Virgen obedece y libra a Dios de que el hombre mate su Carne.

Pero como el hombre no quería a Dios, y Dios sí al hombre, el hombre mataría a Dios, si no de Niño, de Hombre.


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Libro 4 - Te Habla El Profeta - Tomo I - Pag. 222-223

miércoles, 26 de septiembre de 2012

No hay quien ame y no tenga tiempo para este Amor

En Sueño Profético decían:

Cuando quieres querer de amar,
buscas querer poder.

No hay quien ame y no tenga
tiempo para este Amor,
siendo Dios dueño del tiempo.

Para amar a Dios,
no hace falta profesor,
ni que te acompañe nadie,
lo que sí tienes que amar
con fuerzas, pero incansables,
porque el Amor, al amar,
a veces se hace pesar,
que siempre te ponen el peso
los que el Amor no sintieron.

Aquí sí hace falta ya,
que te hable de Enseñanza
uno que fuera Lugar
que Dios mande sus Palabras,
no para enseñar a amar,
y sí para que en el sufrimiento,
más tiempo te mande Dios,
por ser Dios dueño del tiempo.

Siempre, el grande sufrimiento,
procura ir persiguiendo
para ser ladrón del tiempo.

Yo, cuántas veces lloraba
por querer seguir a Dios
en lo que a Dios le gustaba,
y me ponía, el no querer,
trabajos para hacer cargas.

Había veces que me quedaba
mirando fija en el Cielo,
y estas palabras decía:
¡Dios mío!, mándame tiempo,
que yo quiero Tu vivir,
vivir en el que está sufriendo,
vivir llevando tu Gloria
a sitios que no te oyeron.

Más pronto que el tiempo corre,
más pronto me daba tiempo.

Desperté, oí:

Ya me iba yo corriendo,
con faena terminada,
por montes y por senderos.

Ya me veía contenta
el que enfadada me vio;
ya me veían volando,
mariposa oliendo flor:
aquí sigo, allí paro.

Esto, el que a Dios le pida,
Dios manda ayudar trabajos.
Dios manda al “no querer”,
camino por otro lado.

Yo siempre llamé a mi Dios,
por querer a mi Dios tanto,
que Lo llamaba queriendo,
queriendo, pero de amarlo,
queriendo como mi Dios,
que yo vivo para amarlo.

¡Ay Dios, que te quiere el hombre,
mayoría de los hombres,
cuando ya van a morir,
por si les quitas la muerte!

El querer es más querer
cuando más quieres en muerte.

Porque la muerte con Dios,
es bajar Dios a quererte.

TERESA DE ÁVILA


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Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - Pag. 193-194-195

martes, 25 de septiembre de 2012

Sólo con dudar, a Dios estaban ofendiendo

En Sueño Profético hablaban de la Enseñanza de los Discípulos. Dijo uno:

Yo vi un día hablar a dos Discípulos del Maestro, y me tuve que parar. Yendo yo un día a la siega, iban delante de mí los Discípulos, y caminaban a buen paso. Quise emparejarme con ellos y me hicieron correr.

Decía Pedro:

   –Nosotros, cuando lleguemos, estaremos contentos porque nos manda el Maestro, y con pena, por haber dudado del Maestro. –Pues al sitio que iban, había unos que tuvieron duda de cómo era el Maestro, y queriendo tomar amistad con los Discípulos, le preguntaron a Santiago si ellos lo tenían por Dios Hijo mandado por el Padre; y cogiendo una jarra para obsequiarlos, se dejó ver su cara con gesto de fariseo. Ninguno alargó el brazo para humedecer sus labios, que aquello eran las ofensas a su Maestro.

Desperté, oí:

Aquí salió la obediencia,
el Amor y el sufrimiento.

El poderse contener
lo que dejaron por dentro.

Tenían que ir al mismo sitio,
por ser mandato de Dios.

Y el Amor los superaba,
y había obediencia mayor.

¡Dudar de que su Maestro
era Hombre, era Dios,
y el mismo que hay en el Cielo!

Nada más que con dudar,
viendo lo que estaban viendo,
antes de decir palabra,
ya estaban a Dios ofendiendo.

Cuando la jarra alargó,
todos miraron con pena,
y ninguno se movió.

Lo más grande para ellos,
era el oír decir “no”.
¿No será Éste el Mesías?
No creo que sea Dios...
¿No podríamos enterarnos
del sitio donde nació...?

Pedro callaba por fuera,
y por dentro oía el “no”,
de boca del fariseo,
que fue el que lo mató.

Ellos andaban humildes,
como los mandaba Dios.


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Libro 3 - La Palabra del Creador - Tomo I - Pag. 122-123-124

lunes, 24 de septiembre de 2012

Risa de niño, risa de ángel

En Sueño Profético se oía risa de niño. Y una voz de un mayor decía:

Esta risa, es risa de ángel, es risa de Amor a Dios, es risa movida por esta Gloria.

Otro dijo:

Si el hombre respetara a los niños, nunca les cambiaba esta risa. Pero el hombre trata al niño como objeto muerto, sin pensar el daño que puede hacerle.

Ahora habla una mujer:

Yo vivía al lado de un matrimonio que tenía seis hijos, y los padres convivían como si fueran animales o cacharros que tienes para si algún día te hicieran falta. Un día vi que la madre reía con risa diabólica, queesta risa se la producía un chivo que estaba matando, y por no tener el cuchillo con buen filo, no terminaba de degollarlo, y balaba con fuerte temblar. Cuatro chiquillos echados sujetando el chivo se reían y pedían a la madre que no lo matara, para oírlo cantar, como ellos decían. Cuando quedaba callado, otra vez pedían que le clavara el cuchillo para oír su agonía retemblona. Yo quedé sorprendida y a Dios llamé. Pude hablar poco de la impresión, y rompí en llanto. Me fui, y no habían pasado dos horas cuando oí grandes llantos de varios chiquillos. Volví a entrar en la casa –aunque al salir había prometido no volver más–, y estaba con sangre el chico que tenía cuatro meses. El de tres años intentó hacer como la madre al chivo, y los mayorcillos gritaron al ver la sangre. Yo entraba cuando a mi vez un hombre se emparejó, soltó sus canastos de hortaliza y acudió a socorrer. No fue en el cuello como había visto a su madre, fue en un brazo, por no alcanzar al cuello. Otra vez dije: “¡Dios mío!, manda tu Amor a esta casa”.
       
Desperté, oí:

¡Es pena que el mayor haga lo que va en contra de Dios delante del niño!

En esta casa vivían
con instintos de pecado,
con instintos criminales.

Allí, si estaban los niños,
también estaban los padres.

No había la diferencia
de la risa del que ríe
como ángeles de Gloria.

No pensaban un pensar,
que si veían pecado,
fuera de mayor “na” más.

Esta mujer cuando entró,
en la agonía del chivo,
a Dios con ansias llamó.

A Dios tenían presente
los niños y esta mujer.

Cuando la madre llegó,
todos decían contentos:
“¡Con Eugenia venía Dios!”.

Las cicatrices tenía
como tiempo que pasó,
y la sangre se veía
como la que el chivo echó.

El niño no dio la muerte,
por ser un ángel de Dios.

No despiertes los pecados
que estén dormidos para Dios.


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Libro 6 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo I - Pag. 73-74-75

domingo, 23 de septiembre de 2012

Enseñar con el Evangelio Diciendo

En Sueño Profético hablaban de la Enseñanza del espíritu. Decían:

Para enseñar con perfección, tiene que ser persona que Aquí haya sido enseñada.

La Enseñanza del espíritu es la misma Enseñanza para todos los espíritus, pero hay espíritus que tienes que enseñar según el profesor vea.

Hay espíritus retirados de Dios, que con Enseñanza pueden ser para Dios.

Hay espíritus de Dios que, por falta de Enseñanza, no pueden ellos hacer ni extenderse todo lo que quisieran para quitar a otros espíritus de hacer pecados.  

Hay personas buenas que no conocen al espíritu enfermo ni el espíritu endemoniado, y al no conocerlo, no saben cómo actuar: cirujano que tiene que operar sin saber donde raja; arquitecto que edifica sin haber visto los planos. Para hacer esto en lo material, tienes que tener localizado el mal y edificar con los planos. Pues para enseñar a un espíritu, tiene que ser con Palabras que Aquí fueron dichas al espíritu que Dios arrobó para su Enseñanza, o con Palabras del Evangelio que el mismo Dios dejó escritas.

Es más fácil enseñar con el Evangelio Diciendo. Dios Saber, que manda a la Sabiduría, siempre tiene sus Palabras Diciendo.

Desperté, oí:

Dios no cortó el Evangelio, porque Dios no murió.

Dios sigue hablando, y ya es Evangelio.

Dios le habla a uno para que éste comunique lo que en él habla, y oye.

Dios no deja que el hombre enseñe de lo que el hombre quiera decir: “esto es mío”.

Dios enseñó y sigue su misma Enseñanza sin reforma.

Caridad, Amor y pecado, a esto fue su Venida.

A enseñar a amarnos como Él nos amaba, a tener caridad del que necesita del que lo tiene todo.

A que dejáramos el pecado; el que no había pecado, no pecara; a darnos el premio del Perdón cuando quisiéramos ser perdonados.

Dios habló cuando hizo el mundo material, y dejará su contacto cuando no exista materia.

La Enseñanza del espíritu, mejor la puede enseñar aquel que vive la Gloria sin su materia enterrar.


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Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - Pag. 81-82-83

sábado, 22 de septiembre de 2012

Cómo hablar, seguir y defender las Palabras de Dios

En sueño Profético decían:

Hoy enseñan en la Gloria cómo tienes que hablar de Dios, cómo seguirlo y cómo defender sus Palabras.

Dijo uno:

Estas tres actuaciones son dichas sin palabras: Si haces lo que Él manda, ya vas hablando de Dios, y siempre estarás siguiéndolo para que Él te mande; y la defensa a sus palabras es la mejor defensa, es no tener intimidad con quien desprecia al Elegido que va cumpliendo un Mandato que en esta Gloria fue dicho. Para todo esto no hacen falta ni palabras ni sonido.

Dijo uno:

Yo, Discípulo de Jesús, presencié un día al Maestro dar una Enseñanza que hoy Aquí digo:

Estábamos a la orilla del mar y llegaron unos a hablarle al Maestro mal de uno de sus Discípulos, el cual no estaba delante. Viendo el Maestro el Amor de uno y la persecución del otro, dijo el Maestro:

   –Felipe cumplió mis Palabras sin palabras, y tú querías que hablara a quien no Me quiere a Mí y espera mi Crucifixión. Tú querías las Palabras mías dichas por Felipe, para que los que allí estaban revocaran las Palabras de Felipe mías y envueltas con el Amor que Felipe les da. Tú le preguntaste, y él se fue cuando te vio con quien no Me ama. Él sí te habló, pero tu falta de Amor no lo entendió. Él no Me ha dicho nada, y tú vienes a ponerlo en mal lugar, porque no crees soy Dios hecho Hombre.

Y terminó con estas Palabras:

   –Al que Yo le doy Vida Eterna, no puede oír palabras que vayan en contra de Mí, porque mi Padre es donde da más despreció.

Desperté, oí:

Felipe llegó con Palabras del Maestro, pero vio que lo esperaban otros que iban en contra de su Maestro.

Hace un saludo corto, y pasos largos se oyen.

Todos de pie se pusieron con intención de llamarlo.

Pero el grande fariseo los detiene razonando: “mañana yo busco al Maestro” –esto fue dicho enrabiado.

Y el Maestro lo supo todo por Felipe contado.

Esta Enseñanza te sirve si cumples este Mandato.


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Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo I - Pag. 80-81-82

viernes, 21 de septiembre de 2012

La materia es torpe y retrasada comparada con el espíritu

En Sueño Profético hablaban de la Comunicación al escribirla. Decían:

Ella no puede retener el Sueño para enseñar, por no ser enseñanza material. Esta Enseñanza es del espíritu; Enseñanza, a veces, de segundos, de minutos su clase. Esto, la materia no puede explicar si no se lo dictan en el momento, para que quede como prodigio: valor incalculable que le da todo el que lo lea.

La materia aprende con palabras, y ya tú escribes aquello que aprendiste, dándo el sentido que tú creas conveniente. Pero Aquí no. Aquí es Enseñanza con un grande Poder a la inteligencia, que no hay ser humano que pueda aprender si Dios se retira. Dios, en todos los momentos actúa, porque esta Sabiduría es Él. Después de la Revelación, manda que quede escrito al Dictado, y ya sí sirve para enseñar. Esto, comunicado de espíritu a espíritu, no queda retenido ni puede escribirse con ilación. La materia es torpe y retrasada comparada con el espíritu. En cinco minutos tiene tiempo el espíritu de comunicar y enseñar a la inteligencia lo que el hombre necesitaría diez años. Pero esta inteligencia que Dios llena, tiene que mandar Dios que escriba para que sirva de Enseñanza para el hombre, y ya ella, una vez escrita, la desmenuza, dando la clase que ya espíritu y materia pueden practicar, una vez que lo aprendan.

Desperté, oí:

Para aprender estas clases es imprescindible Amor hacia Dios.

Matrícula que necesitas antes de aprender el Lenguaje de este Dios.

Sin esta Matrícula, tú no quieres ser ni oyente.

Esta Universidad Divina te da todo a cambio de Amor:

Enseñanza y Gloria, y Dios que viva en ti, ahí y en esta Eternidad.

Ofrécele Amor a Dios y hazte la Matrícula.


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Libro 7 - Investigaciones a La Verdad - Tomo I - Pag. 226-227-228

jueves, 20 de septiembre de 2012

Todo lo que va del Cielo tiene el mismo Sello

En Sueño Profético decían:

No hay Premio mayor, que poder saber de esta Gloria. El que desprecie este Premio, desprecia a Dios. El que no adora, no ama. Y el que ama, ya adora.

Hay palabras que dice el hombre, que se contradicen. Pongamos primero ésta: “Yo creo en Dios, y para mí Dios es lo primero”. ¿Cómo debería ser su reacción ante un Elegido por Dios?: cualquiera, menos la indiferencia. Y como cumplido para otro que esté oyendo desmerecer a este Lugar comparándolo con la falsedad de la Tierra, para quererle poner defectos, –que los defectos que ponen son los Dones que Dios le da–, ¿cómo decir estos hombres: “Yo amo a Dios”? No puedes decir a una madre, que la quieres, cuando no abras la puerta a su hijo que aún depende del mayor por ser niño. Esto es lo que hace el hombre con Dios: Dios manda a su Hijo, y Lo mata el hombre, y dice el hombre, que quiere al Padre. Dios manda su Palabra, siempre dicha, para la Salvación del hombre: el hombre la desprecia y dice: ¡Dios mío!

Dice uno:

En esta actitud fue cuando Dios Hombre tuvo que descubrir, llamándoles: “Hipócritas, hombres peligrosos que guardáis veneno y engañáis al inocente, id adonde os conozcan, que os sacarán los ojos por ser vuestros mismos demonios”. Estas Palabras tuvo Dios Hijo que decirlas a los hipócritas y fariseos.

Desperté, oí:

Dios conocía, como Dios, a todos los hombres.

Los dejó en Libertad, y luego los clasificó cuando vio que querían destruir a Dios.

Hablaban del Padre llenos de hipocresía y apedreaban al Hijo.

Hacían adoración mirando al Cielo y preparaban los martirios para Él, que estaba en la Tierra, que era el mismo del Cielo.

¡Poco eran las Palabras que les decía el Maestro!

El que cree en Dios, no puede darle desprecio a las Palabras del Padre, que el mismo Dios decía en el suelo.

Todo lo que va del Cielo lo tienes que conocer por llevar su mismo Sello.

Yo te voy a describir, para que sepas conocerlo:

Aquel que veas del brazo del hambriento y del enfermo.


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Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag. 176-177-178

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Todos éstos se sientan a su Mesa

En Sueño Profético vi una mesa muy grande. Estaban Dios Hijo y muchos sentados alrededor. Se levantaban éstos y acudían otros, y se sentaban también. Esto lo vi hacer unas cuantas veces. Y dijo Dios Hijo:

“El que ame a mi Padre, se sentará a la mesa de Dios Hijo. No sólo se sentaron los Doce, se sentará todo el que cumpla la Voluntad de mi Padre”.

Dijo uno que estaba sentado a la derecha del Maestro –éste era uno de los que no se quitaban para que se sentaran otros. Éste no se quitaba como igual los diez, o sea, siempre quedaban los Once–:

“En su Vida Material nos sentábamos los que Lo amábamos y queríamos aprender de Él. Y Aquí se sienta todo el que entra en su Gloria y ruega al Padre por los pecadores. Sentarse a la mesa es la prueba más grande de Amor y Amistad que Dios da. Ahí podría decirse de Amistad, y Aquí de Amor”.

Desperté, oí:

Al dar Dios su Amistad, ya Ama, y al Amar, ya te tiene entre sus íntimos.
  
Todos éstos que se sientan a su Mesa son los que se te comunican; se comunican y cuentan hechos ocurridos en su vida material.

Unos presenciados por ellos y otros ocurridos a ellos.

Todo es Enseñanza para el espíritu, y el espíritu enseñe a la carne.

La carne aprende lo que el espíritu quiere.

El espíritu que ama a Dios y respeta la Voluntad de Dios, su carne no hace nada mal hecho.

La actuación de la carne presenta al espíritu.

El que trate al que Dios se comunica, por la actuación de la carne verá a Dios dentro.

Dios, cuando actúa a través del hombre, se deja ver.


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Libro 1 - Meditaciones y Palabras Directas con el Padre Eterno - Tomo I - Pag. 33-34

martes, 18 de septiembre de 2012

Si quieres saber si hay Dios, piensa que hay Dios

En Sueño Profético decían:

Si no amas, quiere; cuando quieras, verás como amas.

Dios quiere que tú Lo quieras, para que tú recibas.

Si quieres saber si hay Dios, piensa que hay Dios.

Cuando se ama, gusta saber lo que dice el Amado.

No se puede amar sin creer. Y sí se puede creer y no amar.

Cuando Dios habla, hay que oír y publicar. Pero el hombre es tan necio, que trata de meterle miedo a Dios.

Al que Dios le habla, el que no quiere que le hable, le ve más defectos que virtudes; le ve más defectos el que no es limpio con Dios, ignorando que antes de su Comunicación ya le ha purificado.

Desperté, oí:

El que habla Dios en él, tiene mil formar de saberse.

Pero el hombre tiene una, que es querer que Dios no hable.

Si Dios no hablara, tú no existirías.

Dios hizo al hombre para que el hombre viviera con Él, no para que el hombre Lo eliminara.


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Libro 4 - Te Habla El Profeta - Tomo I - Pag. 193

lunes, 17 de septiembre de 2012

Vivir sin amar, es vivir la vida triste

En Sueño Profético decían:

¡Qué alegría es amar,
y qué pena tendrá aquél
que no tenga quien lo ame,
porque cuando pudo amar,
el Amor dejó en la calle!

Este Amor es el de Dios,
que es Amor incomparable,
que es Fuerza de una vida,
de una vida sin ver nadie.

El que a Dios no Lo quiera,
es dejar Amor en la calle.

Yo creo que vivir,
vivir sin amar y sin que amen,
es vivir la vida triste,
sin oír a Dios que mande,
porque amando a este Dios,
Él te ama y es mandarte.

Yo no sé cómo diría
este mandar tan sin mando,
pero que sientes Amor,
y ya te notas el mando.

Puede que mi explicación
sea de Amor y de llanto,
porque mi primer sentir
fue arrodillarme llorando,
y entonces abrí mi puerta
al que ya estaba esperando.

Yo no Lo dejé en la calle,
antes muerta,
pero éste es poco cambio,
y si me manda al abismo,
Teresa dice: ¡Dios mío!,
mándame un castigo malo,
que me pongas como ejemplo
del peor que haya pecado.

No hay condena que condene
al que Te haya despreciado.
Poco sería el Infierno,
ni con esto das el pago.

Desperté, oí:

Si leen lo que yo dicto,
que Dios me mandó dictarlo,
sé fijo que amas y quieres
a este Dios que ama tanto.

Y si en este Amor sentido,
piensas: “yo antes no amé”,
al ponerte de rodillas,
a Dios Le verás los pies.

Los pies o sus llagas hondas,
que aún destilan sangre.

O sus manos con los clavos,
o su corona de pinchos,
o su rostro sudoriento.

Cuando sientes alegría
de Amor, que Dios te está amando,
es cuando piensas con pena
en el que a Dios ha despreciado.

Yo ruego para que el hombre
a Dios no le dé desprecio.
Yo ruego para que sienta
a este Dios que no está muerto.

Grande pena ha de sentir
aquél que no busque a Dios
y sin Dios quiera vivir.

Esto es vida en barranco,
noche sin día venir,
lamento que no oye nadie,
desprecio del Dios de Aquí.

Si esto el hombre pensara,
amaba y ya vivía
con Luz que Dios le mandaba.

TERESA DE ÁVILA


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Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - Pag. 191-192-193

domingo, 16 de septiembre de 2012

Padre Celestial del Cielo, sólo quiero Tu consuelo

En Sueño Profético explicaban los grados que tiene la oración para Dios y la forma de orar.

Dijo Santiago:

Son muy pocos los que saben hacer oración. Voy a dictar una escena hecha delante de mí:

Entrando un día en Galilea acompañando al Maestro, vimos a una mujer que, de rodillas en un montón de piedras, rezaba y pedía a Dios Padre. Quedó el Maestro detenido y le dijo:

   –Puedes ponerte de pie, porque mi Padre no son esos los ruegos que a Él llegan. Aprende a orar y luego haz oración. El que hace oración sin aprender es porque mucho a Dios ama, y el Amor no deja que nada haga mal hecho. Tú estas pidiendo Gracias y pidiendo cuentas.

Anduvimos unos cincuenta metros y había otra mujer con un niño de unos siete años sentada en el escalón de una puerta, y con súplica y seguridad repetía a dos palabras juntas:

Padre Celestial del Cielo,
sólo quiero Tu consuelo.

Si consuelo yo no noto,
prohíbeme alboroto.

Esto lo repetía con su brazo por el cuello del chiquillo, como dando abrigo a su  espíritu. Fue pasar el Maestro y, como siervo a su Señor, se pusieron de pie y estas palabras todos oímos:

   –¿Sois familia del Hijo del Hombre?

Y contestó el Maestro señalando a todos:

   –Yo soy Dios Hombre y éstos son mis Discípulos. Ya he oído tu oración, y mi Padre la ha oído antes que Yo, porque mi Padre manda en Mí mientras Yo vivo como Hombre.

Terminadas estas Palabras, inclinó sus rodillas y dio gracias a Dios Padre, que también oímos.

Desperté, oí:

Dios quería Amor, no sacrificios.

El que tiene Amor hace todos los servicios que a Dios agradan.

El que no ama hace oración a cambio de una petición.

El que ama hace oración aunque no pida; hace oración porque es el Lenguaje que puede entenderse con Dios.

Dios se entiende sin oración cuando tú mucho amas y Él quiere.

Ama a Dios como la madre y el hijo que decían esta oración:

Padre Celestial del Cielo,
sólo quiero Tu consuelo.


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Libro 3 - La Palabra del Creador - Tomo I - Pag. 171-172

sábado, 15 de septiembre de 2012

El mar obedece a Dios, por no tener Libertad

En Sueño Profético vi el mar y hablaban dos hombres.

Dijo uno:

Aquí, en este sitio, me contó mi padre, que vio convertirse un incrédulo que siempre se aferraba a que no había Dios. Nos contó mi padre, porque éramos dos hermanos, y nos juntó a los dos y a mi madre para contárnoslo, que estaban unos amigos con este incrédulo y que todos trataban el hacerle comprender que Dios había y que estaba Vivo. Viendo los amigos que seguía tan testarudo, le dijo uno:

   –No sé si me das miedo o compasión.

Se quedó el testarudo mirando la Grandeza de Dios hecha en la Tierra, y dijo estas palabras:

   –Para que yo dijera que había Dios, tendría que ver moverse el mar.

Dicen que se puso pálido, y de pronto vieron el mar que lo seguía, quedando mojado hasta la cintura. Estaban a dos metros escasos del mar, y todos los que con él estaban quedaron secos. Dicen que todos vieron correrse el mar y, de momento, volverse a su sitio. Quedó como una columna de arena en el sitio que estaba él. Acudió la gente que por allí andaba, y todos pudieron comprobar que la columna sola seguía creciendo, durando su crecimiento hasta la puesta del Sol, derrumbándose sola y presenciado por varios.

Desperté, oí:

Él no creía, pero quería ver.

Dios pudo hacer que él viera,
y que no lo vieran a él.

Pudo hacer que el mar se lo llevara
y nadie supiera de él.

Dios hizo su aparición
viendo tan sólo a Él.

Y dejó que todos vieran
el Mando de su Poder.

El mar obedece a Dios
por no tener Libertad,
y el hombre no obedece
por la mucha que Él da.

Cuando el hombre no obedece,
siempre es por falta de amar;
debía de hacer desprecio
a la mucha Libertad.


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Libro 6 - Dios Manda En Su Gloria Que Enseñen - Tomo I - Pag. 202-203

viernes, 14 de septiembre de 2012

Dios es más conocido por el Perdón, que por su Poder

En Sueño Profético hablaban del Poder de Dios:

Este Poder es por minoría reconocido, sabiendo el Poder que tiene Dios y con la facilidad que hace y deshace todo lo que el hombre en una vida no podría ni empezar. Pensando esto frenabas palabras y tu actuación sería correcta, ya en postura de alabanza.

Dios es más conocido por el Perdón, que por su Poder.

Desperté, oí:

El Poder lo ves Aquí, en esta Vida sólo de espíritu.

Aquí ves la Obediencia a un solo Mando.

Dios manda, y el espíritu obedece.

Aquí ya no permite, por no haber materia.

El “permite” es cuando el espíritu está dando la vida a la materia.

El hombre cree que su materia es la eterna, no el espíritu.

Ignorando que la materia es en lo material, sin poder entrar en su Gloria.

En esta Gloria entra tu espíritu con Dios, o Dios con tu espíritu.

Y para comunicarse ahí, es un espíritu de su Gloria: Dios.


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Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - Pag. 218-219

jueves, 13 de septiembre de 2012

Dios: Amor y Misterio

En Sueño Profético decían:

Dios: Amor y Misterio. Dios: Bálsamo del que curarse quiere. Dios: Amor que ni disminuye ni crece, por ser Amor de Dios. Dios: que Lo llamas y Él responde a tu forma de llamar. Puede que a este responder, el Misterio envuelva, ya que luego tú, con tu Amor, ya lo puedes descifrar, y ya no digas Misterio.

Dijo uno:

Es mejor amar y dejar a Dios actuar. Es mejor pensar, que quién sabrá más que Dios, que quién podrá siempre ir en ayuda de tu carga, que quién te quitará el peso de tu caminar, como no sea el contacto de este Cielo.

Otro dijo:

Cierto es que el caminar de la materia,
con la compañía de Dios,
no tiene cerros, no tiene amarguras,
es arroyo con corriente de fuerte agua
que supera la suciedad
y deja al arroyo airoso,
con ruido, que al pasar,
aunque tú no quieras agua,
te paras a contemplar,
y una vez que ya te pares,
en vez de mirar para atrás,
tienes que mirar al Cielo,
y en Misterio pensarás:
“Nadie cuida este arroyuelo,
ni vienen a visitar,
pero él sigue su cauce,
buscando el río y el mar”.

Aquí ya existe Misterio,
si te paras a pensar.

Desperté, oí:

Todo es Dios Misterio,
Misterio, que al comparar,
no preguntes a este Cielo,
si preguntas sin amar.

Si amas, sientes Amor
y quedas sin preguntar,
dejando que corra el tiempo
como el arroyuelo corre:
primero, buscando al río,
y después buscando al mar.

Todo es Mando,
Mando de Dios,
que sólo Dios lo sabrá.

Es mejor decir yo amo,
sin que quieras comparar,
ni preguntes a este Cielo:
¿esto por qué pasará?

Ni el río ni el arroyuelo
hacen preguntas al mar.

Siguen deprisa el camino,
hasta llegar al final.


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Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo I - Pag. 222-223-224

miércoles, 12 de septiembre de 2012

En forma de relámpago

Me acosté muy cansada, pues estuve todo el día leyendo, y más bien a gente nueva, pero a grupos de seis o siete. Y me quedé dormida pensando: “¡Qué pena!, que podría ser al mismo tiempo enterar a muchos, y ¡cuántos ya no pecarían!”.

En Sueño Profético decían:

Dios Hijo, siempre que hablaba, se iba al campo. Su Figura destacaba en la montaña. Turnaba el campo con la sinagoga. Nunca hablaba para media docena. Tenía pocos que Lo seguían diciéndole: “Maestro, yo quiero ser tu Discípulo”. Aquí sí hablaba a pocos, pero era para enseñar, porque los más no querían. Pero Él, para hablar lo que en Él decía el Padre, esto siempre reunía a muchos, para que todos Lo oyeran, y ya, el que quería, decía: “Maestro, yo quiero ser tu Discípulo”. Así nadie podía decir: “yo no he oído hablar al Maestro”. El que no acudía, no era por no saber ni por falta de sitio.

La Palabra de Dios tiene que ser dicha como la buena semilla –en gran cantidad de terreno y que éste sea fértil–, y su cosecha será en grande ganancia su recolección. Si la semilla es buena y el terreno es poco, pocos se benefician y poca ganancia es.

El Profeta es hablar a centenares a la vez, y caminar por caminos distintos, a fin de que el Mensaje sea cundido y practicado. Dios no coge un Lugar para que unos pocos lo adoren. Dios habla en un Lugar, y su Palabra, quiere sea cundida en forma de relámpago, manera de dejar cundido todo –cuando hable en el Lugar– antes de que este espíritu abandone la materia y ya es un espíritu más de esta Gloria, quedando al servicio de Dios para comunicarse en otro Lugar que Dios habite, cuando Él quiera y el Padre lo mande, que todo es un solo Dios.

Desperté, oí:

Estas Palabras eran de Dios Hijo: “Si más Me oyen, más saben de mi Gloria, más aprenden, más enseñan y menos se condenan”.

Él quería que en todos los sitios del mundo se hablara del Mesías: Dios que vendría a vivir de Hombre y entre los hombres.

Mucho tiempo antes de su Venida, se anunció por los Profetas, Lugar que el Padre cogía en el hombre.

Y ya, este Lugar cogía la preferencia de Profeta, quedando su nombre después de Profeta.

Era más frecuente decir: el Profeta Elías; que Elías, el Profeta.

El nombre era puesto por el hombre. Profeta era puesto por Dios Padre.

Si no dejas de oír al Lugar, cada día aprenderás más.


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Libro 7 - Investigaciones a La Verdad - Tomo I - Pag. 131-132-133

martes, 11 de septiembre de 2012

De estos Libros se oirán estas palabras en su tiempo

En Sueño Profético decían:

El Comunicante tiene que dar al mundo el Mensaje. Si así no fuera, queda falsa la Comunicación, y ya tendría el hombre que pensar de dónde serían estos Escritos, con esta abundancia de temas y Palabras, con estas comparaciones tan justas, con estas suaves Palabras que te llevan a Dios.

Dijo uno:

Estos Dictados, te enseñan con tanto Amor, que sientes a Dios del Cielo.

El Comunicante buscó, obedeciendo el Mando de Aquí, a quién entregarle: “Este Dios me dice, para darle publicación”.

El hombre no acepta, y Dios sigue, con sus mismas Palabras, repitiendo el publicar.

El Comunicante tiene obediencia de Dios, y la obediencia del hombre aquí queda anulada. Aquí se ve la Fuerza de Dios y el poco Amor del hombre. Esta Publicación es Mando de su Dueño.

Estos Libros desbaratan las malas interpretaciones que hizo el que no amó. Estos Libros defienden al Instrumento. De estos Libros se oirán estas palabras en su tiempo: “¿Cómo pudo el hombre no aceptarlas, con esta Fuente de Teología?”. Habrá quien le dé este sobrenombre: “Estos Libros fueron despreciados por los teólogos”. “¡Sí, los Libros que despreció el hombre!”. Esto servirá de gran martirio para el que no ama a Dios, cuando vea el Amor de Dios y la inocencia de sus Palabras; cuando compare su maldad en su conciencia; cuando piense: “Yo fui culpable”; cuando oiga las palabras del que quiera ser perdonado y tuvo ansias de oír el Mensaje. Estos Libros, habrá quien borre sus Frases con lágrimas que no obedezcan a la materia, con las lágrimas del arrepentimiento, con las lágrimas del que injusto puso condena. Esta Publicación es publicada con obediencia.

Desperté, oí:

Si Dios no le da el Mando de publicar, todo queda en un secreto.

Pero te vendría el pensar –y estarías en lo cierto–: “Si esto lo dictó Dios, no pudo haber secreto”.

Si en su principio ya dijo: “Que me ves, dilo. Ya puedes ir publicando”

Si esto así quedara, era normal este dicho:

“Aquí es mentira que Dios habla”.

¿Cómo le puede el silencio
al que Poder, Poder manda?

¿Cómo hace caso al hombre,
escondiendo sus Palabras?

Es más verdad esta Verdad,
si no obedece al hombre.

Luego, el hombre estudiará
que cuando manda este Dios,
obedeces su mandar.

Porque el Elegido queda,
Instrumento nada más.


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Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - Pag. 6-7-8

lunes, 10 de septiembre de 2012

Lleno y vacío

En Sueño Profético hablaban de muchas cosas diferentes. Decían:

El espíritu tiene sus apetitos. El espíritu que está con Dios, este espíritu, su apetito siempre gira a glorificar a Dios, siempre tiene desgana en lo que sabe que va a hacer mal a Dios. Esta materia, mayoría de veces, no es comprendida, es una materia activa para el servicio de Dios, y con quietud para las distracciones que son hechas por el hombre. El espíritu contrario a éste, tiene su actividad en lo hecho por el hombre, y desgana y cansancio en lo que a Dios contentaría. Aquí ves “lleno” de Dios y “vacío” de Dios. El “lleno” reparte Paz. El “vacío” inquieta esta Paz, teniendo esta Paz que buscar descanso. Este descanso lo encuentra donde está Dios. Y este Dios se encuentra donde está la Paz.

Desperté, oí:

Si sientes a Dios, buscas a Dios; y como Lo sientas y Lo busques, tú Lo encuentras.

Tu materia no puede ocultar si a Dios amas.

Lo mismo que tu materia no puede ocultar cuando Lo ama, lo mismo no puede tapar cuando no ama.

Tú engañas al hombre, y Dios hará que el hombre te conozca.

Cuida a la materia para que ésta cuide el espíritu.

Si la materia no la cuidas, ésta te destrozará tu espíritu.


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Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag. 150-151

domingo, 9 de septiembre de 2012

Dios te da la Paz

En Sueño Profético decían:

La Paz te lleva a Dios, y Dios te da la Paz.

No hay quien diga, “me habla Dios”, sin que Paz vaya dejando.

La Paz siempre viene del contacto de Dios; unas veces del contacto de espíritu, sin Visión ni Arrobo; y otras –éstas menos–, de cuando Dios utiliza un Lugar como su misma Vivienda, y entonces ven a Dios en actuación, en Palabras, en mil momentos que tiene esta Vivienda que manda el Mismo que hace el Arrobo y el que manda sus Palabras, el Mismo que Vivió de Hombre y el Mismo que Aquí quedaba, el Mismo que siempre hubo y dijo las mismas Palabras.

Pues lo primero que ves
al que diga, “Dios me habla”,
es una Paz sin subida,
es una Paz sin bajada,
es una Paz tan igual,
es una Paz que no acaba,
es una Paz tan de Dios,
es una Paz que a Dios llamas,
para pedirle el Perdón
por chicas o grandes faltas,
que hiciste cuando la Paz
no la tenías en tu casa.

Esto es lo primero que da
el que Dios le habla.

En cambio, el que “dice” que ama,
de esta Paz quiere que salga el Infierno,
que es el camino que él anda.

Desperté, oí:

Quiere que salga el Infierno,
porque a él, Paz no le alcanza.

Y quiere que la “Vivienda”,
eche a la Paz de su casa.

Sin pensar que esta “Vivienda”,
Dios la hizo para habitarla.

Como hizo a las demás,
y el hombre se apropió de ellas.

Esto por la Libertad,
que Dios Paz, al hombre deja.

Porque donde hay Paz,
seguro que Dios ya entra.

Cuando Dios coge un Lugar
y su Paz ya se la deja,
fue porque a la Libertad
no quisieron abrirle puertas.

Por eso ya cuando Dios
coge Casa de Vivienda,
no le debe de extrañar
al que puertas tiene abiertas.

La Paz la ves lo primero,
antes de que hable el Lugar,
y sabes que Dios ya habla;
cuando se va, ¡qué Paz da!


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Libro 2 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo II - Pag. 103-104-105

sábado, 8 de septiembre de 2012

La muerte no es la muerte

En Sueño Profético hablaban del que muere, de lo poco que el hombre se preocupa de querer saber de este Vivir. Decían:

¡Cuántos lamentos da el hombre cuando ya ve que remedio no tiene el detener su materia!

Entonces piensa lo que tenía que haber pensado cuando salud tenía, cuando aún años no le acompañaban, porque los muchos años ya sirven sólo para dar compañía; ya tu cuerpo no puede hacerle servicio a Dios; ya el Prójimo no te espera. Si cuando tus pocos años no serviste a Dios y viviste vida en contra de lo que Él manda, tus lamentos serán grandes aunque tu voz no oigan.

Dijo uno:

Es que el hombre cambia la Vida, y vive la material con el valor y precio que tenía que vivir la espiritual.

Las Apariciones que Dios hace son para que el hombre vea que Aquí hay un Mundo de Vida Eterna, para que el hombre olvide la enseñanza del hombre, que da por muerto lo que ahí el hombre entierra. A lo que ahí dice muerto, para el hombre muerto queda. Esto, si se fuera preguntando, todos daban esta respuesta: “¡El muerto, muerto quedó...! ¡Yo creo que son historias...!

Si el hombre creyera en Dios, vivía y enseñaba Vida de espíritu. Pero el hombre no cree; y los que creen no aman; y los que aman son pocos; que los muchos que no aman persiguen a los pocos que aman.

Desperté, oí:

En tres grupos te clasifica esta Gloria al hombre:

Grupo que no cree.

Grupo que cree y no ama.

Y hombres que aman a Dios,
y estos dos grupos maltratan.

Si el hombre creyera en Gloria,
no pasaba juventud
sin tenerla en la memoria.

Si el hombre fijo estuviera
de que la muerte no es la muerte,
no tenía en olvido
al que puede estar presente.

El hombre tiene gran miedo
a que le llegue la muerte,
pero no quiere vivir
teniendo a Dios presente.

Si vives vida que enseña
el que ama a lo del Cielo,
cuando te llegue tu hora,
no dirás ningún lamento.

Te verán tranquilidad,
porque tú ya estarás viendo
la Gloria que Dios te manda,
porque no te va el lamento.

Hace falta que los grupos
vayan desapareciendo,
y que quede el Amor
aplastando al lamento.


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Libro 4 - Te Habla El Profeta - Tomo I - Pag. 234-235-236

viernes, 7 de septiembre de 2012

Buscar a Dios por precisión o por Amor

En Sueño Profético decían:

Buscar a Dios por precisión, no es buscarlo por Amor.

El que Lo busca por precisión, no busca a Dios; busca quien le resuelva o le quite sufrimiento, o problema que tenga.

El que Lo busca por Amor, no tiene más precisión que amarlo.

Dijo Teresa de Ávila:

Es que cuando amas a Dios,
no te acuerdas de que es Dios.
Porque si empiezas a amarlo
pensando en su Poder,
ya no es Amor de Amor,
es amor de interés.

Yo, cuando empecé a amarlo,
en verdad que no sabía
lo que este Dios podía dar,
ni al final, lo que daría.

Lo que sí tengo presente,
es cómo me entró el Amor:
me entró con fuerza de viento,
de aire o de ciclón;
sentía el bamboleo,
bamboleo que es de Dios.

Y ahora viene lo difícil,
para el que no tiene Amor:
comprender, cuando tú dices,
esto me lo ha dicho Dios,
y me ha hecho ver su Gloria,
y yo le he pedido perdón,
perdón para el que no me crea
cuando diga: esto es de Dios.
Y diga palabras necias,
por quitarle su valor.

Desperté, oí:

Yo, a todos les diría,
cuando busquen a este Dios,
que Lo busquen amando mucho,
olvidándo de que es Dios,
ni que puede darte mucho,
ni mandarte tu Perdón.

¡Ay Dios de esta Gloria y Tierra!
¡Ay Dios grande en el Amor!
¡Ay Dios que sufres y penas!
Penas que quisiera yo
sufrirlas y publicarlas,
y decir: esto es de Dios,
que me ha regalado estas penas,
que se las he pedido yo.

El Amor de Dios te lleva
a que te olvides de "to",
te lleva por el camino
que vas pisando Amor;
te mete en esta Gloria,
y ya te encuentras con Dios,
y luego te da perfume,
perfume que llevas tú,
perfume que es Gloria pura,
perfume que Dios te dio,
perfume que impregna al mundo,
al mundo que ama a Dios.

TERESA DE ÁVILA


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Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - Pag. 219-220-221

jueves, 6 de septiembre de 2012

Dios era el leñador

En Sueño Profético vi el campo, y varios hombres talaban unos árboles.

Estando uno bien alto subido, y haciendo este trabajo tan pesado y de sacar tanta fuerza de su cuerpo poco alimentado, vieron se cimbreaba. Le dijo uno:

   –¡Baja y no continúes la faena, que puedes darnos un susto!

No hizo ni bajar y quedó desmayado en el suelo. Estaban todos alrededor cuando se presentó el dueño de la hacienda, y mandando que cada uno cogiera el hacha, hizo que continuaran su trabajo, quedando el hambriento solo.

Pasando el Maestro con sus Discípulos y viendo lo ocurrido –pues Él pasó porque ya había visto el hecho– mandó que se salieran las hachas de los palos, como protesta al ingrato dueño.

Aquel cuerpo ya no tuvo
ni el menor movimiento,
fue echado en una carreta
y llevado al cementerio.

Aquello se fue comentando
donde había campo y dueño,
y no encontró quien talara
ni quien le sembrara aquello.

Quedando aquellas hectáreas
de vivienda para los cuervos,
de vivienda sin comida,
que comida llevarían ellos.

Este dueño ya quedó
sin ser dueño de aquello,
se ocultaba si oía:
“Aquí ocurrió aquel hecho”.

Iban de todas las comarcas
a ver aquellos terrenos.
No se veía ni una hierba,
ni en verano ni en invierno.  
 
Desperté, oí:

Dios siempre está en el Prójimo, consolando al afligido y esperándote a ti.

Dios estaba en el árbol, para que no cayera. Una vez que bajó, se llevó su espíritu.

Dios era el leñador, y el dueño era el fariseo.

Abraza al Prójimo sin pensar en Prójimo, pero sí en Dios.

Hay quien cree que al decir Prójimo, dice algo que está lejos de Dios.

Dios no se enfada si dices: “¡Hasta mañana, si el Prójimo quiere!”.


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Libro 3 - La Palabra del Creador - Tomo I - Pag. 244-245

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Los dos daban buen ejemplo, pero uno al mundo engañaba

En Sueño Profético decían:

Hay quien hace bien por el hombre y no por Dios. Y hay quien hace el bien por Dios sin ocuparse del hombre.

Dijo uno:

Yo presencié un día una riña –que ésta no es la palabra–. Eran dos que estaban considerados como personas de ejemplo. Dijo uno:

   –¡Qué trabajo me costaría el hacer vida de desorden! ¿Cómo quedaría yo ante mis amistades? ¡Cómo se asombraría el que ya me conoce!

Ya salió hablando el otro:

   –Pues yo, en lo que hago, no me ocupo del hombre; lo hago todo por Dios. Si supiera que Dios se enfadaba, no haría nada, aunque quedara mal ante el hombre. Tu comportamiento es de no amar a Dios. Tú no amas a Dios ni quieres al hombre. Tú temes y guardas tu carne. Esto no es amar, esto es respetar las leyes del hombre, que casi siempre van en contra de Dios.

Desperté, oí:

¡Qué razón tenía este hombre,
de hacer lo que a Dios agrada!

Eran palabras tan justas,
que tenías que oír y callarlas.

Los dos daban buen ejemplo;
uno al mundo engañaba.

Era buena la apariencia:
el pintar de la fachada.

El que hacía ahí en la Tierra
todo lo que a Dios agradaba,
lo haría bien con el hombre,
que era lo que Él mandaba.

Si lo hacía bien con Dios,
no era fachada pintada.

Era joya que hay dentro,
que el hombre abre para mirarla,
porque por fuera veía
ya esta joya que brillaba.

El que lo hacía por el hombre,
es postura que se traza
aquel que en Gloria no cree
y sólo tiene fachada.

El hombre que ama a Dios,
Él las leyes se las manda.


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Libro 6 - Dios Manda En Su Gloria Que Enseñen - Tomo I - Pag. 246-247

martes, 4 de septiembre de 2012

No hagas “peor” o nada, que vaya en contra de Dios

En Sueño Profético decían:

Es peor enfadar a Dios,
que dar tu carne
para que el hombre la mate.

Es peor no querer hacer,
cuando el hacer esté a tu alcance.

Es peor, mucho peor,
el oír y despreocuparte.

Pero aún es mucho peor,
querer a Dios engañarle.

Dijo uno:

Aún hay un “peor” mucho peor:
el no vestir al desnudo
y el quitarle el valor
a aquél que cumple contento
Palabra y Mando de Dios,
a aquél que todos debían
de suplicarle a este Dios
que no falte su presencia
por ser Portavoz de Dios.

Todavía hay peores,
peores, mucho peor,
el no querer dar Escritos
de la Palabra de Dios.

Todos éstos, son peores,
que están delante de Dios.

Más dijeron:

¿Quién ha visto pedir migajas,
y pedirlas por favor,
al dueño que manda en el horno,
y sale el pan al por mayor?  

Aún quedan más “peores”,
dicen en la Gloria de Dios:

Condenar por hacer bien,
y decir: “Yo soy de Dios”.

Pero quedan los ocultos,
que son peores sin Dios:

Pensar y buscar, pensando
desbaratar la labor
del que hace su trabajo
en el Prójimo, que es Dios.

Estos “peores”, “peores”,
todos van en contra de Dios.

Desperté, oí:

¡Cuántos “peores” hace el hombre,
creyendo que Dios no sabe!

¡Cuánto deja Dios al hombre,
dándole tiempo a salvarse!

El hombre que hace “peores”,
si analiza su actuación,
es Judas entre los Once.

Judas pudo hacer el bien
a favor de su Maestro.

Pero vivía lo peor:
pensar y buscar la forma
de que no hablaran de Dios.

Todos creían que Judas
amaba sin duda a Dios,
pero tenía unos “peores”:
ser Asesino de Dios.

Con todo lo que sabía,
que oía en la Mesa de Dios,
no sabía este saber:
que era el Hijo de Dios.

Él mismo mató su carne,
por entregar la de Dios.

Si no tiene estos “peores”,
da la suya por Amor,
y Dios lo lleva a su Reino,
como a los Once llevó.

El que no defiende a Dios,
es por falta de creer,
o por no sentir Amor.

No hagas “peor” o nada,
que vaya en contra de Dios.


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Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - Pag. 208-209-210-211

lunes, 3 de septiembre de 2012

Puedes oír y no amar, pero no puedes amar y no querer oír

En Sueño Profético decían:

Antes de Dios vivir entre los hombres y como Hombre, no quiso que el hombre hubiera cometido atropello con el que Él se comunicó. Ya en su Vida Pública fue escándalo, pero a partir de entonces no es escándalo, es imperdonable.

Tienen el concepto que al que Dios le habla tienen que crucificar, maltratar y hacer que oiga toda clase de insultos, y luego, cuando muera –esta muerte creída ahí por el que no cree Aquí–, entonces hacer su falso llanto. Dios no es esto. Dios se comunica para que su Palabra esté siempre viva entre el hombre.

Despierta, oí:

El que a Dios amó, a Dios se acercó. Y el que fue pecador y creyó en Dios, éste lloró y a Dios buscó.

¡Ay de aquél que a Dios no quiera ni ame! Pero tenle más compasión al que “dice” que Lo ama y no quiere oír su Palabra.

Puedes oír y no amar, pero no puedes amar y no querer oír.

Ahórrate tus disculpas, porque Dios sabe lo que tú no hablas.

Si a Dios quieres engañar, no digas que en Dios crees.


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Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo I - Pag. 178-179

domingo, 2 de septiembre de 2012

Ella coloca el sombrero, justo en la cabeza que sombrero le falta

En Sueño Profético hablaban de mí. Decían:

El que quiera ridiculizarla, mal lo pasará. A ella le llega a la inteligencia la Sabiduría, y la inteligencia le manda a las palabras. El hombre dice palabras, la mayoría de las veces, sin pasar por la inteligencia. El que Dios manda con su Palabra, la Palabra es obediencia de la inteligencia, y esta inteligencia se llena y acapara del Saber que Dios llena. Luego va soltando, según la cabida de cada espíritu. Hay espíritus dulces que por falta de Enseñanza no son para enseñar de esta Gloria, y contra de éstos, los espíritus prontos, valientes, capaces de enfrentarse contra los “sin razón”, pero no haciendo Enseñanza. Ella coloca el sombrero, justo en la cabeza que sombrero le falta. En esto ya ves a Dios sin que te digan palabras. La podrían examinar de preguntas y Palabras de los Escritos que Aquí dictamos, y ya verían una inteligencia no privilegiada, se ve lo que le vieron a aquellos que con el Salvador andaban: que por sus palabras y acciones los confundían con el Maestro. Al que Dios trae Aquí, tiene que pisar el Camino que Dios le traza. Unas veces lo puede explicar el Comunicante. Y otras veces actúa normal, sin explicación, porque inteligencia no manda palabras.

Desperté, oí:

Dios elige, prepara y premia
al que aprender quiera.

La inteligencia del hombre
tiene grande diferencia.

El hombre, para saber,
precisa que otro hombre lo enseñe.

El que Dios enseña,
es para enseñar al hombre.
     
Y esta Enseñanza ya deja
un sí y un no de quimera.

De quimera, para el que quiere
que este Dios mudo estuviera.

Para el hombre vanidoso,
que mucho habla de Dios
y tampoco acepta que digan:
“Yo veo la Gloria de Dios”.

Siempre las quimeras son
del que desprecia y olvida
las Palabras de este Dios.

Pero el que viene, se lleva
Sabiduría de Dios.

Siempre que hagan preguntas,
verán reacción de Dios.

Aquí no es que se aparece,
aquí es que oyes su Voz.


***

Libro 7 - Investigaciones a La Verdad - Tomo I - Pag. 206-207-208

sábado, 1 de septiembre de 2012

No puede ser ofender al Profeta y decir: “yo amo a Dios”

En Sueño Profético decían:

Dios elige porque todos no Le aman, y claro se ve cuando elige. Él elige para que vean su Gloria, y elige el Sitio para comunicar su Mensaje, este Sitio se llama Profeta, Portador de su Amor y Voluntad.

Dios habla para que el hombre no viva sólo para la materia. Dios se comunica para hacer saber el “lugar” que tu espíritu va a tener. Si tú Lo amas, busca al Comunicante y Él te hablará a ti también.

Cuando se cree en Dios y se ama, se ve en el recibimiento que le hacen al Profeta. No puede ser ofender al Profeta y decir: “yo amo a Dios”; como no puede ser tener vista y no ver.

En el sitio que sale el Profeta se destapan los anticristos. No puedes creer que llueve sin abrir el paraguas, cuando esta agua sea de chaparrón.

Desperté, oí:

A más ames a Dios, menos te extraña que hable este Dios; cuanto más sepas, sabes que menos sabes.

El Poder de Dios es tan grande, que lo difícil lo hace sencillo. El que le extraña la actuación de Dios, poco ha creído en este Dios.

Hay quien le tiene odio al que Dios le habla. Éste no ha querido a Dios. Y si dice “yo lo quiero”, es que Lo ha creído.

El que ama a Dios y sabe donde habla Dios, y no va a saber de Dios, éste no puede decir: “yo quiero oír de Dios”.


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Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag. 222-223