En Sueño Profético decían:
Si la Gloria se comprara y la muerte no llegara, no existiría la Gloria. Si la Gloria se comprara no estaría Dios en ella y ya no sería Gloria, sería un sitio más del hombre. Si la muerte no llegara nadie se ganaba la Gloria. La Gloria se gana con el paso de esa vida y por el tirón de la muerte, que son dos asignaturas imprescindibles que el hombre debe saber.
El hombre debe pensar que el espíritu y la materia son dos cosas distintas. Piensa que si mando no te pones, la materia te podrá poner mil razones y la Gloria no ganarás.
Dijo uno:
Sin el paso de esa vida no sería ganar la Gloria, sería dártela Dios, como hizo a los espíritus creados sin cuerpo. Éstos no pisaron la Tierra por ser sólo espíritus con su presencia y éstos formaron la Gloria, sitio que el hombre tiene después de dejar la materia, pero tiene que querer ganarla con Amor a Dios y olvidar el comprarla con las riquezas que tengas, porque Aquí entra el Amor no las monedas.
Desperté, oí:
La muerte asusta al hombre cuando el hombre en la muerte piensa.
Y la muerte va avisando cuando en ella pensar dejas.
Dale mal trato, en esa vida, a lo que engaño te diera.
Y piensa que un día de frío, de calor, de siembra o de siega, otros dirán: “Ya está muerto, hay que enterrar la materia”.
La muerte persigue al hombre para que el hombre no se pierda.
Y el espíritu del mal la muerte se la recuerda llevándolos a pecar.
Todo el que se acerque a Dios tiene la Gloria ganada, porque el precio es quererla y olvidarte de pecar.
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Libro 67 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo VII
Para quien se acerca a Dios, la muerte anuncia la Vida y ayuda a reconducir el camino a la Gloria.
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