En Sueño Profético decían:
Si no oyes, no aprendes. Y si oyes y no practicas, es peor que si no oyes.
Dijo uno:
Bien dijo Jesús en una de sus Enseñanzas:
“Son pocos los llamados porque pocos son los ofrecidos, y pocos los que Me seguirán hasta el Calvario. Pensad, que el seguirme a Mí, mientras esté en la Tierra, es camino duro, tan duro que a pocos verán detrás de Mí”.
Cuando decía estas Palabras, eran recibidas sin esperarlas por el que poco Lo oía, y con extrañeza preguntaba:
“¡No dicen que es Dios, Rey del Cielo…?”.
Muchos Lo buscaron creyendo que Él daría todo lo que en su Gloria desprecian. Él daba la Vida Eterna, y también sanaba la carne para que le sirviera al espíritu hasta el día de su llamada. Pero para seguir a Él, no hacía falta la carne. Había carne sana que Lo perseguía, y carne enferma que mandaba adorarlo. Y sabiendo que podía curarlos, enfermos los dejaba. Éstos Le servían de ejemplo para el que tenía su carne sana y de Él hablaba con desprecio.
Desperté, oí:
Tienes que creer en Dios tanto,
que el Amor supere a la creencia.
Si así no es siempre,
te falta creencia.
Porque comparas y ves
como cosa de la Tierra.
¡Y no puedes comprender!
La madre quita al niño
del peligro que ella ve.
¡Pero cómo dar palabras
que no pueda comprender?
A las cosas de la Tierra
te entregas sin saber,
y nada te quita el sueño
pensando si así no es.
La cosas de Dios, el hombre,
siempre las mira al revés.
Y él intenta arreglarlas
apartándose de Él.
Tenía que haber Amor
para comprender estas Palabras:
“Es camino duro el seguirme a Mí,
tan duro, que a pocos verán detrás de Mí”.
Cuando ya faltó con Cuerpo,
los pocos que Lo siguieron
repetían estas Palabras
y lloraron al Maestro.
***
Libro 15 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo III - C5
El paso de Jesús por la tierra fue duro pero Dios lo glorificó. Si queremos Gloria,ya conocemos la dureza del camino.
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