domingo, 30 de junio de 2024

Evangelios Diciendo

En Sueño Profético decían:

¡Qué fácil y sencillo sería que esta Grandeza la tuviera ya el mundo en sus manos! Pero aquí no quiere el hombre poner el adelanto, porque se enseña que existe Dios Vivo y que hay Vida Eterna. Que esto está escrito por Dios y los Profetas.

¡Pero qué fuerza da y a cuántos podría quitar de hacer la vida que hace el que luego no pueda Aquí entrar su espíritu a vivir la Eternidad! Éste es el final de la vida del cuerpo, que siempre en contra de la Palabra de Dios está.

Dijo uno:

Si el hombre pusiera aquí el servicio del adelanto, en dos días el mundo tendría esta noticia: “Dios se comunica a diario a un espíritu para que no lo tenga callado”. Y presentaría estos Mensajes, dictados en la Gloria, en todas las lenguas, y llegarían a creyentes y a incrédulos. A unos les haría amar. Y a otros les entraría miedo. Pero nadie podría engañar diciendo: “Dios hubo, murió y vivo no está”. Cogiendo estos Escritos ves a Dios en tu pensar.

Desperté, oí:

¡Que tenga que estar Dios 30 años repitiendo que está Vivo, que no es muerto!

Presentando estos “Evangelios Diciendo”, no dichos, y el hombre con el desprecio.

Representantes de Cristo y seglares que pueden dar esta difusión con el adelanto que Dios en camino bueno le deja al hombre, si pensaran el mal que hacen, los verías vivos, pero con cara de cadáveres.

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Libro 31 - Te Habla El Profeta - Tomo IV - C6

sábado, 29 de junio de 2024

Palabras de Dios Hijo

En Sueño Profético repetían Palabras que Dios Hijo dijo cuando vivió de Hombre con Cuerpo de Carne. Decían:

¡Qué pocos hay que practiquen su Enseñanza y que oigas en sus boca Palabras que quedaron dichas por Él con el nombre de Evangelio, que éstas Palabras son para todos los hombres de la Tierra, por tener todos espíritu!

Si el hombre analizara estas Palabras, el resumen del análisis le serviría de freno:

“El que Me quiera, coja su cruz y Me siga”.

“Con la medida que juzguéis, seréis juzgados”.

“Mi Reino no es de este mundo”.

“El que Me busca, Me encuentra”.

“Donde dos estén hablando de Mí, Yo allí estoy con ellos”.

“Id al Prójimo y ya premiará mi Padre, porque Prójimo es sitio donde Yo estoy”.

Desperté, oí:

¡Qué pocos cogen el sufrimiento –cruz, nombre puesto por Dios– y Lo siguen!

¡Qué pocos dejan de juzgar por juzgarse ellos primero!

El hombre busca el Reino de Dios en la Tierra, y ya no cree las Palabras que Dios le dice.

¡Y qué pocos Lo siguen para encontrarlo, porque cambian el camino, y ya viven pecando!

Al hablar de Dios con Amor, sientes que Él está en Presencia.

Si vas al Prójimo con alegría pensando: “Dios me está viendo”, nada verás con trabajo y Dios ya te mandará Premio.

Analiza estas Palabras, antes dichas en la Tierra, ahora repetidas en el Cielo.

Y verás tiempo perdido no practicar este Evangelio.

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Libro 23 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo IV - C7

viernes, 28 de junio de 2024

Yo le sirvo a Dios

En Sueño Profético decían:

No hay alegría mayor, que pensar: “yo le sirvo a Dios, porque Le pedía con Amor.

Dijo uno:

Dios manda de dos maneras: una, cuando Le pides con Amor; y otra, su Poder te obliga, pero es hacer su Mando sin Amor y protestando. Esta otra no te sirve para quitar del pecado, al revés, que te ven cara y palabras para a Dios ofender. Que éstos, luego, dicen: “yo le he hecho servicio a Dios”. Esto es quitar el Permitir y mandar Poder de Dios.

El que Dios coge de Lugar para enseñar con Palabras y Visión de la Gloria, a éste le llega el cansancio cuando todas las horas del día no tienen Mando de Dios. Y siempre está diciendo, sin palabras: “Señor, sufro cuando me sobran horas y me falta Mando. Yo quiero traer a tu Gloria a quien te ame, y quitar del pecado. Señor manda a muchos a que hablen de este Caso”. Pues Dios ha concedido que se forme gran escándalo.

Desperté, oí:

Las alegrías de Dios no te faltan ni de noche ni de día.

Hablaban en el arrobo de servir a Dios por Amor pedido o por el Mando que Dios da retirando el Permitir.

Esto es no consentir que se haga lo que no es de los Mandamientos.

El que hace el Mando, pedido con Amor, siempre lo ve corto.

Y a Dios le pide, diciendo: 

“Señor, sin tu mando no quiero nada. Si tu Mando me cansara, quítame la vida antes de pensar estas palabras”.

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Libro 41 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo III - C7