En Sueño Profético decían:
El que coja tu consejo ya tiene
entrada en el Cielo.
Dijo uno:
Es que el consejo del Elegido no
es de la Tierra, viene de otro camino. Del camino de los ruegos para que el
mundo cambie y enseñen a los niños que en el Cielo están los ángeles, que son
amigos de los niños. Esto, oyendo a Dios en el Cielo, te hace prudente para el
que no te conozca. Para el que te conoce, la prudencia la ve ficticia, la ve de
engaño, porque no comprende un Amor tan grande cómo ocultarlo, cuando el Amor
es limpio y a Dios en tus actos Lo vas nombrando.
La duda te lleva al pecado. Tan
sólo con pensar “¿será verdad?”, ya estás pecando. Porque Dios no puede
permitir que ofendan al que Él está mandando con Palabras y con Enseñanza de
Amor para acercar a Dios.
Desperté, oí:
Decían en el arrobo, que el que
fuera prudente por ocultar las Palabras de Dios, dichas en su Gloria, no era
prudente.
Era prudente de engaño.
Porque todo lo que venga de Dios,
aceptarlo es publicarlo, para que vean verdad. Que el Cielo está echando Amor
sin dueño, porque el Dueño es Dios.
Que este Amor Dios se lo da al
que trae a su Gloria, y le deja Libertad para que lo dé al que se ofrece en
todo para ayudar.
Que éstos en todo se ofrecen,
hasta en darte compañía de noche y de día.
Que a los que a ti te ayuden,
Dios les doblará las fuerzas con Amor.
***
Libro 45 - Te Habla El Profeta - Tomo VI - C4
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