En Sueño Profético decían:
Se ve que esto es de Dios por el
desprecio del hombre. Se ve que aquí actúa Dios por no poder el hombre
desmentir estos Mensajes.
Dijo uno:
Desprecio y silencio a los
Mensajes publicados, ya justifica que es de Dios el Mando. El desprecio es por
no creer ni amar; y el silencio, porque el Poder de Dios pone muralla de miedo
cuando ve que el hombre quiere su Mando parar. Que de esto, cada día más se
enterarán y más remordimientos le llegarán al que pudo hacer y no hizo. Que
este remordimiento llega cuando el cuerpo se enferma y no puede curarlo nada
que exista en la vida de materia.
El que conozca este Caso –esto lo
repiten mucho en la Gloria– no tendrá disculpa cuando su cuerpo entierren y
su espíritu quiera Gloria y no Infierno. No tendrá disculpa por haber sido
defensor de los espíritus satánicos, cuando su espíritu vivía con cuerpo.
Dijo otro espíritu de Dios, que
termina el Mensaje:
Dejemos los sufrimientos y
recordemos las alegrías. Tú sigue con tu oración, que aquí dictan: “Señor, que
a los que yo más quiero los vea contentos, pero contentos con Dios”.
Desperté, oí:
Si aquí no actuara Dios, ¿quién
podría ir recibiendo alegrías con Amor?
Y queriendo hacer ver que el
sufrir Dios no quiere que el hombre lo dé, que lo permite, como permite que
estas Palabras desprecien.
Que esto los deja al descubierto,
como el calor deja el abrigo en verano.
Si estas Palabras son las mismas
que Dios dijo, que su nombre es Evangelio.
Palabras antes dichas, y hoy
diciendo.
Que a esto le acompañan estas
palabras: “Por vuestras obras verán que
sois míos”.
Pues también la obra del Elegido
es publicada.
***
Libro 47 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VI - C3
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