domingo, 23 de junio de 2024

Pídele a Dios paciencia

En Sueño Profético decían:

Se van a decir los valores que más valen para traer a este Cielo: el recato y la paciencia ponen a Dios contento. El recato va despidiendo al pecado. Y con la paciencia pueden ver que lo que hicieron antes no estaba bien hecho.

Dijo uno:

Mi madre tenía siempre estas palabras en su boca: “Pídele a Dios paciencia, que no te falte. Que por falta de paciencia puedes hacer que la Gloria pierdan”.

Pues yo crecí y me hice hombre comprendiendo que la paciencia puede hacer, al que coja mal camino, que para atrás vuelva. Que yo así lo hice. Por circunstancias de familia me eché a la bebida, y cuando llegaba a mi casa, mi madre en mi cuarto se metía, y esto yo le oía:

“Hijo, no importa mi sufrir si fuera un bien para ti. Pero es un mal sin remedio, y a Dios le pido la muerte para que vuelvas a ser como antes, que oía en toda la calle: ¡Qué hijo tienes tan bueno! ¿Qué le hablas?, ¿qué le dices?, para que yo coja tu consejo”.       

Ella contestaba:

“Quererlo, y esperarlo sin escandalizar, como yo veo que escandalizan otras madres”.

Desperté, oí:

Cuando pasaba la noche y al trabajo me iba –que mi trabajo era llevar a unos trabajadores que en unas fincas había–, no me podía olvidar de la paciencia de mi madre, que mientras me vestía para irme, me decía:

“Hijo, deja la bebida, no por mi sufrir. Si mi sufrir fuera un bien para ti, yo a Dios Le pediría que me agrandara el sufrir.

Yo sé que quieres quitarte de la bebida, pero las “juntas” que tienes no aman a Dios, ni ellos ni sus madres”.       

No podía dormir el día que sin beber estaba, de acordarme de la paciencia que mi madre gastaba.

Yo bebía, pero el cuerpo no lo decía.

Lo decían las horas de llegar a acostarme y dejar la comida.

Pues a pesar de esto, decía: “Hijo, yo sé que no es tu culpa, que son los amigos que te guían”.

Paciencia y más paciencia mi madre repartía.

Por ella estoy en la Gloria, y más que la conocían.

También esto era de ella:

“Señor, no te enfades, que yo sé que estás conmigo aunque no vea tu Imagen”.

***

Libro 40 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo VI - C7

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