En Sueño Profético decían:
Se van
a decir los valores que más valen para traer a este Cielo: el recato y la
paciencia ponen a Dios contento. El recato va despidiendo al pecado. Y con la
paciencia pueden ver que lo que hicieron antes no estaba bien hecho.
Dijo
uno:
Mi
madre tenía siempre estas palabras en su boca: “Pídele a Dios paciencia, que no
te falte. Que por falta de paciencia puedes hacer que la Gloria pierdan”.
Pues
yo crecí y me hice hombre comprendiendo que la paciencia puede hacer, al que
coja mal camino, que para atrás vuelva. Que yo así lo hice. Por circunstancias
de familia me eché a la bebida, y cuando llegaba a mi casa, mi madre en mi
cuarto se metía, y esto yo le oía:
“Hijo, no importa mi sufrir si fuera un bien para ti. Pero es un mal sin remedio, y a Dios le pido la muerte para que vuelvas a ser como antes, que oía en toda la calle: ¡Qué hijo tienes tan bueno! ¿Qué le hablas?, ¿qué le dices?, para que yo coja tu consejo”.
Ella
contestaba:
“Quererlo,
y esperarlo sin escandalizar, como yo veo que escandalizan otras madres”.
Desperté, oí:
Cuando
pasaba la noche y al trabajo me iba –que mi trabajo era llevar a unos
trabajadores que en unas fincas había–, no me podía olvidar de la paciencia de
mi madre, que mientras me vestía para irme, me decía:
“Hijo,
deja la bebida, no por mi sufrir. Si mi sufrir fuera un bien para ti, yo a Dios
Le pediría que me agrandara el sufrir.
Yo sé
que quieres quitarte de la bebida, pero las “juntas” que tienes no aman a Dios,
ni ellos ni sus madres”.
No
podía dormir el día que sin beber estaba, de acordarme de la paciencia que mi
madre gastaba.
Yo
bebía, pero el cuerpo no lo decía.
Lo
decían las horas de llegar a acostarme y dejar la comida.
Pues a
pesar de esto, decía: “Hijo, yo sé que no es tu culpa, que son los amigos que
te guían”.
Paciencia
y más paciencia mi madre repartía.
Por
ella estoy en la Gloria, y más que la conocían.
También
esto era de ella:
“Señor,
no te enfades, que yo sé que estás conmigo aunque no vea tu Imagen”.
***
Libro 40 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo VI - C7
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