En Sueño Profético decían:
No hay alegría mayor, que pensar: “yo le sirvo a Dios,
porque Le pedía con Amor.
Dijo uno:
Dios manda de dos maneras: una, cuando Le pides con
Amor; y otra, su Poder te obliga, pero es hacer su Mando sin Amor y
protestando. Esta otra no te sirve para quitar del pecado, al revés, que te ven
cara y palabras para a Dios ofender. Que éstos, luego, dicen: “yo le he hecho
servicio a Dios”. Esto es quitar el Permitir y mandar Poder de Dios.
El que Dios coge de Lugar para enseñar con Palabras y
Visión de la Gloria, a éste le llega el cansancio cuando todas las horas del
día no tienen Mando de Dios. Y siempre está diciendo, sin palabras: “Señor,
sufro cuando me sobran horas y me falta Mando. Yo quiero traer a tu Gloria a
quien te ame, y quitar del pecado. Señor manda a muchos a que hablen de este
Caso”. Pues Dios ha concedido que se forme gran escándalo.
Desperté, oí:
Las alegrías de Dios no te faltan ni de noche ni de
día.
Hablaban en el arrobo de servir a Dios por Amor pedido
o por el Mando que Dios da retirando el Permitir.
Esto es no consentir que se haga lo que no es de los
Mandamientos.
El que hace el Mando, pedido con Amor, siempre lo ve
corto.
Y a Dios le pide, diciendo:
“Señor, sin tu mando no quiero nada. Si tu Mando me
cansara, quítame la vida antes de pensar estas palabras”.
***
Libro 41 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo III - C7
No hay comentarios:
Publicar un comentario