En Sueño Profético decían:
El espíritu deja el cuerpo al descubierto, y el cuerpo
al espíritu. Que aquí se aclaran estas palabras que en el arrobo dicen para que
sirvan de Enseñanza:
Si el espíritu es de Dios, le manda al cuerpo, y el
cuerpo se comporta ofreciendo todo lo que pueda para defender las Palabras de
Dios.
Dijo uno:
Esto es lo que hace el espíritu de Dios. En cambio,
los que pueden defender estos Dictados dichos por Dios en su Gloria y no lo
hacen, su espíritu no puede ser de Dios. El espíritu de éstos no puede tapar el
cuerpo, porque la fuerza la da el espíritu en lo bueno y en lo malo.
Desperté, oí:
No hay quien sepa del espíritu como el que Dios trae a
su Reino.
Que él deja escritos los Mensajes y quedan en los
Libros que publican estas Palabras.
¿Quién puede poner estas comparaciones tan justas, que
al pensarlas ya sobran las palabras?
La fuerza del espíritu, en lo malo y en lo bueno, la
va publicando el cuerpo.
El que Dios elige, su cuerpo no calla y va publicando
lo que Dios le manda.
En el sitio que Esto pasa, los que a Dios representan
deberían pedir oír estas Palabras, para cundir que la vida ahí no acaba.
Todo el pensar que de Esto te llegue es porque Dios
quiere que tu pensamiento en público quede.
Haciendo tu mando, se tiene que formar gran escándalo.
***
Libro 41 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo III - C7
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