No me podía dormir de tantas cosas como pensaba que
Dios me estaba haciendo. Quedé dormida y decían:
Este Sueño, que su nombre es Profético, te presenta alegrías. Y están en ruegos santos y
elegidos para que abran puertas para que Esto sea por el mundo conocido.
Cierto que tu pensar es un pensar con motivos. Si Dios
no diera este Mando con Fuerza, no se habrían hecho los Libros, que éste es el
pensar del Elegido.
Dijo uno:
Las horas del día tienen que ser para hablar de este
Divina Teología, diciendo palabras de alegría para el que está siguiendo estos
Mensajes. Y al que los sabe y no acude, a más escándalo, más miedo y
remordimiento le entrará. Esto al que pudo ayudar al Elegido y se retiró
cogiendo otro camino, diciendo: “Esto es Dios también”. Estas palabras no
cuentan Aquí.
Desperté, oí:
No cuentan porque no hay cosa mayor, que decir: “Dios
está hablando en este Lugar a diario”.
Cuando Dios coge un Lugar es para decir lo que dijo, pero
hoy diciéndolo.
¿Cómo vas a tener ser, pasar por la fuente, no beber y
luego buscar el agua donde hace tiempo la viste caer!
Si la fuente hablara, estaría enfadada por darle
desprecio al agua clara.
Pues piensa: Dios buscar al hombre, dando sus Palabras
en un Lugar, y el hombre, con el desprecio, pagándole.
Aquí se ve a Dios por las fuerzas que al Elegido le
da, y cada día siente la fuerza mayor.
¡Señor, quita tu Permitir y haz que el hombre vea que
no Te hace falta a Ti!
Estos ruegos los hacían en Gloria por quitar a Dios
sufrir.
***
Libro 41 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo III - C6
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