En Sueño Profético decían:
La visita que el Elegido hace a los enfermos es el mejor medicamento, cuando los enfermos creen en Dios y sienten Amor al ver la presencia del Elegido y al escuchar sus palabras, dichas con Poder de Dios en el Cielo. Pues si ponen Amor, la enfermedad se achica y a veces desaparece, que su nombre es Milagro.
Dijo un espíritu de Dios:
Este Elegido lleva su presencia a los enfermos con palabras de confianza, para que piensen que el cuerpo muere, pero que el espíritu tiene Vida Eterna en el sitio que tu cuerpo eligió con su actuación, que puede ser en la Gloria o en el sitio que no hay que nombrar, para no alegrar a los espíritus del mal.
Desperté, oí:
Ya manda Dios que se piensen en las alegrías que se están cundiendo con estas Palabras de Dios.
Pues que todo el tiempo sea para dar grande escándalo a este Caso hoy único.
Y ya, para dejar al descubierto a los que creen en Dios sin amarlo y quisieran hacer más daño.
Dicen en la Gloria que este escándalo le va a dar alegrías a unos y remordimientos al que cree en Dios pero no Lo ama.
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La sanación real es para el espíritu. Muchas veces la enfermedad nos hace caer en la cuenta de nuestra vulnerabilidad y se nos abren los ojos.Dios se vale de todos los caminos y circunstancias para hacerse presente en nuestras vidas.
ResponderEliminarSiguiendo con tu comentario,que estoy totalmente de acuerdo, hay un Mensaje en el Libro 1º, en el que Dios le dice a Ana que su presencia era más importante para el que se iba que para el que se quedaba, el que se iba, tenía las puertas de la Gloria abiertas, el que se quedaba (porque se había curado), podía olvidarse del milagro recibido, vivir de espaldas a Dios y por lo tanto perder la Gloria.
ResponderEliminarEn mi caminar al lado de Ana he conocido muchísimos milagros de curaciones,y la gran mayoría no están entre sus seguidores, luego he visto muchos milagros de espíritu, y los que no se han ido ya con Dios, continúan en el Camino de Dios.
Anita siempre fue un consuelo para los enfermos que amaban a Dios, al igual que para sus familias, y era más fácil llevar el sufrimiento de una enfermedad de carne. Más complicado resultaba para los enfermos de Espíritu, ya que en estos casos es difícil que el enfermo asuma que lo está.
ResponderEliminarSiempre que os oigo comentar algo de vuestras vivencias al lado del Profeta, no puedo dejar de tener cierta envidia sana, pues aunque yo conocí el caso cuando aún vivía,no tuve la decisión de ir a conocerla, ahora me arrepiento tanto de haber perdido la oportunidad...
ResponderEliminarY el blog, me ha acercado a este caso que lo tenía un poco apartado en mi vivir diario.