En Sueño Profético hablaban de las formas que el hombre tiene de amar a Dios o de creer en Dios. De la forma de Llamarlo o de la forma de Anularlo en lo que se cree superior, porque nunca se paró a valorarse su precio ni pensó que su cuerpo es un pobre reloj que como el “tic tac” se pare se le acabó el valor.
Que el valor no está en la carne esto nunca lo pensó el hombre que cree que la carne vale. El que valora el espíritu, sin Dios no ve hombre grande, le sacará mil defectos y nunca podrá encajar una palabra con otra. Serán murallas unidas, una chica y otra grande, pero la chica más fuerte por ser de mejores materiales.
Dijo uno:
Amando mucho a Dios no hace falta Llamarlo, porque ya en este Amor da presencia a tu casa. Amando mucho a Dios Lo nombras sin Llamarlo. Te sale la palabra en lo que estés hablando, porque Dios es la razón de vivir el ser humano. Amando mucho a Dios Lo llamas sin Llamarlo.
Desperté, oí:
Si piensas estos Mensajes verás que son Enseñanzas para el rico y para el pobre.
Para el torpe en la materia y para el listo, que su inteligencia le niega esta Existencia y no cree en el espíritu.
Y cuando llama a este Dios Lo llama en un apuro, pero no va confiado.
Es llamada como el humo, sin fuerza y molestando.
El hombre ha puesto a Dios con su vida de adelanto en el último rincón.
Que el hombre Lo pone pero que Dios allí no está.
El hombre es manejado por el mismo Satanás, que lo mete en el pecado y ya no permite Dios que su nombre se oiga en falso.
Dios manda olvido a su nombre para achicar el pecado.
Si el hombre hiciera este estudio Lo nombraba avergonzado.
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Libro 65 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo V
Del rebose del corazón habla la boca. Si rebosa Amor de Dios, se oirá su Nombre hasta en silencio.
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