En Sueño Profético decían:
Dios no te pide para Dios.
Dios te pide para ti.
Todo el bien que Dios
te pide que hagas,
es ganancia y cobro para ti.
Y a ti, en vez de dar alabanzas,
te molesta este pedir
que Dios quiere que tú hagas
para ya venir Aquí
con la cuenta limpia y clara.
Dios, donde haga prodigios,
es premio que deja allí.
Y si tú, premio no abrazas,
di: “¡Qué lástima de mí!”.
Dijo uno:
Esta palabra, “lástima de mí”,
si saliera como el día,
que rompe la oscuridad,
a muy pocos se verían
sin esta palabra nombrar.
¡Qué trabajo con más peso
le está costando
al Recadero de Dios
que salga de este silencio
lo que Dios manda enseñar!
¡Qué atracción tiene la Tierra
para retirar del que Dios
a diario entra su espíritu
donde no vive materia,
donde está lo prometido:
Reino de Dios,
de donde salen los prodigios!
Dijo otro espíritu que Dios también le da Mando:
Si pensara el hombre, que de esto Dios es el Dueño, de las Palabras Aquí dichas, ahí dictadas, ¿cómo iba a decir “yo doy”? Cambiaría las palabras por “Dios me está premiando a mí”.
El Elegido adora, y nunca piensa “yo doy”, porque sabe que ese “dar” sale de Aquí, no de ella.
¡Que fácil sería para Dios dar en otro sitio lo que a ella! Pero Dios quiere premiarla, porque en todo su vivir nunca tuvo estas palabras: “Dios se ha olvidado de mí”. Y cuando el “dar” practicaba, decía: “¡Gracias Señor!, que es más sufrir el recibir, que el dar en palabras de consuelo o en cosa material”.
Desperté, oí:
Dios te pide para ti, no para Él,
como tú crees sin darlo.
Si lo das, da tú las gracias más
que el que la mano ha cerrado.
¿Has pensado alguna vez
cambiarte por el que tú estás pensando:
¿otra vez tengo que darle…!?
¿Y por el que te cuente un sufrir
en el que tú puedas ayudarle?
Por mal que te llegue a ti,
piensa en el que tienes delante
contándote su sufrir.
Dios no te pide para Dios,
que te pide para ti.
Porque lo que a ti te da,
Él lo puede repartir.
***
Libro 16 - Dios no Quiere, Permite - Tomo II - C4
Si esperamos que Dios escuche nuestra petición,no seamos sordos ante la petición del Prójimo,porque Prójimo es Dios y responde con el ciento por uno.
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