miércoles, 1 de junio de 2016

El Libro es puro Evangelio

En Sueño Profético decían:

¡A más desprecio den a estos Mensajes, más fuerte dirán “perdón Dios mío”!

¡A más quieran ocultarlos, más pregonarán los Libros!

¡A más quieran poner contra para que quede en silencio, más griterío se oirá, diciendo “el Libro es puro Evangelio”!

Dijo uno:

Lo que Dios manda en su Nombre no hay hombre que lo detenga ni que silencio guarde. Tan sólo el nombrar a Dios ya estás rompiendo el silencio. Las cosas hechas o dichas por Dios el hombre no puede taparlas. ¿Cómo entoldaría la Luna para que no se viera su cara? ¿Cómo secaría los mares para que barcos no navegaran? Y ya, si miras el Sol, hace que cambies mirada o que los ojos cierres por la fuerza de sus rayos. Anda, prohibe su luz, busca leyes para que Sol no haya. Y ya la lluvia, cuando el hombre no la quiere, que no cae sólo en el monte que cae donde la mandan (pero no el mando del hombre). Pues compara lo demás con el aire, cuando se enfrenta con lo que a su paso se pone. Cuando el aire se convierte en huracán ¿por qué no se junta el hombre para huracán parar?

Pues más fuerza llevan las Palabras que Dios da para enseñar, porque los mares, la Luna, el Sol y el huracán es la Palabra de Dios la que lo podría ocultar. Pues si Él dice que no calles ¿quién puede Esto callar?

Desperté, oí:

Cuando entoldes la Luna llámate hombre poderoso.

Cuando el Sol lo prohibas nómbrate hombre poderoso.

Y cuando los mares seques ya te lo dirán otros.

Pero no pienses “yo el huracán sí lo paro”, porque serás una pavesa antes de que Dios mande el Mando.

Todo lo creado por Dios o a lo que Dios le dé su Mando que el hombre no intente quitarlo, porque a Dios se está enfrentando.

El que a conciencia persigue al que Dios le da su Mando que no diga “soy de Dios”, por estar de Dios apartado.

Es el pecado mayor, hablar Dios y tú Callarlo.


***

Libro 65 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo V

2 comentarios:

  1. Que clarito nos habla Nuestro DIOS, digo nuestro , para el que quiera quererlo, por que querer a DIOS, te alivia tus sufrimientos.

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  2. Si no podemos detener las fuerzas de la naturaleza,menos aún podremos detener la Palabra que las creó.

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