En Sueño Profético decían:
Dios Hombre dijo a sus Discípulos –y el “dijo” de Dios es este “diciendo”, por no tener Dios pasado–:
“Aceptad y luego comprended. No intentad comprender sin aceptar, porque os apartarán de Mí y Yo lo permitiré. Preguntad cuando aceptéis que mi Mando está bien hecho, por ser mi Padre en Mí y Yo del Padre vengo. Pensad que todo lo que viene de mi Padre tiene que estar bien hecho”.
“¿Quién haría a la madre más cerca del hijo, antes de al hijo tenerlo? Pues comparadlo todo igual cuando digan: “Dios lo ha hecho, lo permitió o lo está permitiendo”. No te preparas para no mojarte si no crees que está lloviendo. Aprended de mis Palabras, aceptándolas antes de que os venga el comprenderlas”.
Desperté, oí:
¡Cuántas Palabras de Dios Hombre
quedaron sin escribirlas
y el hombre sin saberlas!
Por eso esta Enseñanza
no puede quedarse quieta.
Porque podría venir
grande castigo a la Tierra.
¡Qué cierto, que al intentar
comprender sin aceptar,
ya te estás apartando de Dios!
Mucho repetía a los hombres, con estudio o sin estudio, estas Palabras:
“Pensad que sois niños, y veréis mis Palabras como la luz del día”.
“Que ésta es igual para el hombre y para el niño”.
“Aprended a aceptar, antes que aprender a comprender lo que estoy diciendo”.
“Y así no os cansaréis nunca de seguir al que tenéis por Maestro”.
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Libro 15 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo III - C5
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