En Sueño Profético hablaban del que dice: “Dios no debía de permitir ni la enfermedad ni el sufrimiento; para vivir así, no debíamos nacer”. Decir esto es no saber lo que es Dios.
La enfermedad es que falla algo de esta materia humana, que ya, antes de su nacimiento, tú sabes que es traída para el dolor, si no a los 15 es a los 70.
La materia no puede durar como el espíritu. El espíritu es eterno; aquí sí es de peligro la enfermedad, pero en la materia es benigna. Mayoría de “carnes enfermas”, si a Dios se entregaran, no notarían enfermedad. La notaría el que comparara con otra materia.
Dijo uno:
El sufrimiento se lo hace sufrir el mismo hombre. La lucha del hombre es hacer de un montoncito una montaña, para convertir lo que sería la antesala de la Gloria en un infierno.
El hombre hace difícil el paso de esa vida y ofende a Dios. El que a Dios ama es el que más obstáculos quita a otro.
Desperté, oí:
El que quita el obstáculo en la vía, tiene la satisfacción de que evitó el descarrilo.
El químico que ve el agua contaminada, evita defunciones.
Todo este bien va para detener unos segundos más la materia.
Materia que nace y ya trae su billete con ida, que ya la está esperando el mismo tren que tiene que llevarse a todos.
Este tren se lleva a todos, pero todos no van al mismo sitio.
Cada billete lleva fecha distinta, fecha que tú no puedes elegir.
Lo que tú puedes elegir es el sitio. Este sitio –Gloria– no te obligan a que entres en él, y si te pasas, te dejan.
Ten preparado tu billete sin fecha, pero no te pases.
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Libro 1 - Meditaciones y Palabras Directas con el Padre Eterno - Tomo I - C10
El regreso a Casa!
ResponderEliminarCada día que pasa es un día menos para encontrarse con Dios nuestro Padre