En Sueño Profético decían:
Dios elige para el hombre. Dios no elige para Dios.
Dios busca al hombre para darle premio al hombre. Dios no busca para premiarse Él.
Dios no necesita al hombre para que le lleve su Palabra. Es que Dios quiere que el hombre vea que puede tener intimidad con Dios.
Muchas veces dijo a sus Discípulos:
“Pensad, que el que le sirve a mi Padre, es mi Padre el que le sirve al que le está mandando. Que en el Mando ya lleva las llaves de mi Reino”.
“Esto lo dice mi Padre en Mí, aunque mi Padre vive sin Cuerpo”.
“Pensad que sólo hay un Dios, y ya os vendrá el comprender todo lo que Yo estoy diciendo”.
“Después de oírme a Mí, no admitáis reforma a mis Palabras, que el que fuera reformando, ya va en mi contra, y no cree que soy Dios hecho Hombre”.
Decid mucho estas Palabras:
“El Maestro me ha mandado”.
“El Maestro me manda”.
“Yo estoy al Mando del Maestro”.
Desperté, oí:
Quería que nombraran su Mando para que fueran conocidos como Discípulos suyos.
Y ya, el que quería conocer a Dios Hombre, los siguiera.
¡Qué Palabras del Mensaje, con más fuerza dicen en Gloria para el hombre, dichas por Dios a sus Discípulos!:
“Pensad, que el que le sirve a mi Padre, es mi Padre el que le sirve al que le está mandando”.
“Que al que le mando, ya lleva las llaves de mi Reino”.
Si tú sigues su Mando, el que lleve sus llaves, ya te entra en el Cielo.
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Libro 15 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo III - C3
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