En Sueño Profético decían:
Ella lleva de Aquí la
Enseñanza, que ella misma desconoce hasta el momento de actuar. Su consejo
siempre será del agrado de Dios, aunque el aconsejado así no lo vea. Su
actuación es tan sencilla y sus palabras tan grandes, por ser de Aquí, que al
Teólogo y al famoso literato no hace que la busquen.
Es chico ese Mundo si lo
comparas con esta Vivienda. Es enseñanza de párvulos las carreras de las
ciencias y de las letras si las comparas con la Enseñanza de la Gloria para
alcanzar Vida Eterna.
Dijo uno que ahí enseñó
Teología y que hoy Dios manda que hable en el Arrobo y que dicte:
Dios quiere que este Mensaje
diario y continuo sea admitido, como su Resurrección, libremente y con la
Libertad que Dios deja. Tienen que reconocer que estos Escritos salen de la
Gloria, y ya buscarlos es querer saber de la Palabra de Dios, diciendo:
– Palabra que queda en mitad de “dijo” y de “dirá”.
Esta aceptación es sin dar
alabanzas y sin dar sacrificios una vez que es claridad con Sol, estrellas con
Luna.
Desperté, oí:
Aprobando estos Escritos no
pierdes la Gloria, ni la ganas.
Está tan claro que es Dios
cuando lees estas Palabras.
Es estar en contra de Dios
no leerlas, ni aceptarlas.
Quiera el hombre o no quiera
tiene que dejar su cuerpo y presentar Aquí las cuentas.
Para que el sí Aquí te
sirva, de aceptar lo que Dios manda, tienes que hacer una vida parecida a la
del que habla las Palabras que le dictan.
Cuando Dios ya no permita
será tarde tu disculpa.
***
Libro 69 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VIII
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